Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 7
13 de agosto de 1945
   
En estos últimos días se han producido tremendos cambios en la situación del Extremo Oriente. La rendición del imperialismo japonés ya es cosa hecha. El factor decisivo para la rendición del Japón lo constituye la entrada de la Unión Soviética en la guerra. Un millón de soldados del Ejército Rojo entran en el Nordeste de China; esta fuerza es irresistible. El imperialismo japonés no puede continuar por más tiempo la lucha[1]. La dura Guerra de Resistencia del pueblo chino ha sido coronada coa la victoria. Como etapa histórica, la Guerra de Resistencia contra el Japón ya pertenece al pasado.
   
En tales circunstancias, ¿cómo son en la actualidad, y como serán en el futuro, las relaciones entre las diferentes clases en China y entre el Kuomintang y el Partido Comunista? ¿Cuál es la política de nuestro Partido? Estos son problemas que preocupan mucho a todo el pueblo y a todos los miembros de nuestro Partido.
   
¿Qué va a hacer el Kuomintang? Por su pasado se puede saber su presente; por su pasado y su presente se puede saber su futuro. En el pasado, este partido mantuvo a lo largo de diez años enteros una guerra civil contrarrevolucionaria. Durante la Guerra de Resistencia, desencadenó en 1940, 1941 y 1943 tres grandes campañas anticomunistas[2], intentando ampliar cada una de ellas hasta convertirla en una guerra civil de amplitud nacional. Si fallaron sus intentos, fue sólo gracias a la justa política adoptada por nuestro Partido y a la oposición de todo el pueblo. Bien se sabe que Chiang Kai-shek, el representante político de los grandes terratenientes y de la gran burguesía de China, es un sujeto sumamente cruel y traicionero. Su política ha sido observar con los brazos cruzados, aguardar la victoria, conservar las fuerzas y preparar la guerra civil. Ha llegado, en efecto, la vic-
   
* El camarada Mao Tse-tung pronunció este discurso en una reunión de cuadro en Yenán. Basado en el método marxista-leninista de análisis de clases, expuso en un penetrante estudio, la situación política fundamental en China después de la victoria en la Guerra de Resistencia contra el Japón y planteó la táctica revolucionaria del proletariado. Como señaló el camarada Mao Tse-tung en su discurso inaugural ante el VII Congreso Nacional del Partido Comunista de China en abril de 1945, China, después de derrotar al imperialismo japonés, todavía encararía do destinos, dos futuros: o convertirse en una nueva China o seguir siendo la vieja Los grandes terratenientes y la gran burguesía del país, representados por Chiang Kai-shek, querían arrebatar de las manos del pueblo los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia y mantener a China como país semicolonial y semifeudal bajo su dictadura. Por una parte, el Partido Comunista de China, que representa la intereses del proletariado y de las masas populares, debía descargar toda su fuerza en la lucha por la paz y contra la guerra civil. Por otra, debía prepararse plenamente contra la maquinación contrarrevolucionaria chiangkaishekista encaminada a des [cont. en pág. 9. -- DJR] encadenar una guerra civil de alcance nacional y debía adoptar una política correcta, es decir, no abrigar ilusiones respecto del imperialismo y de la reacción, no temer sus amenazas, defender resueltamente los frutos de la lucha del pueblo y esforzarse por la creación de una nueva China, una China de nueva democracia de las amplias masas populares bajo la dirección del proletariado. La lucha decisiva entre los dos destinos, los dos futuros que encaraba el país, constituyó el contenido del período histórico desde el fin de la Guerra de Resistencia contra el Japón hasta la fundación de la República Popular China, período histórico de la Guerra Popular de Liberación, o la Tercera Guerra Civil Revolucionaria. Después de la Guerra de Resistencia, Chiang Kai-shek, apoyado por el imperialismo norteamericano, rompió una y otra vez los acuerdos de paz y desencadenó una gigantesca guerra civil contrarrevolucionaria sin paralelo en la historia, con el intento de aniquilar a las fuerzas populares. Gracias a la acertada dirección del Partido Comunista, el pueblo chino, en sólo cuatro años de lucha, obtuvo una gran victoria nacional: la derrota de Chiang Kai-shek y la creación de una nueva China.
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toria que venía aguardando, y ahora este "generalísimo" está a punto de "descender de la montaña"[3]. En los últimos ocho años hemos cambiado de colocación con Chiang Kai-shek: antes, nosotros estábamos en la montaña y él, junto al agua[4]; durante la Guerra de Resistencia, nosotros estuvimos detrás de las líneas enemigas y él subió a la montaña. Ahora va a descender de la montaña, va a descender a robar los frutos de la victoria.
   
Durante los últimos ocho años, el pueblo y el ejército de nuestra regiones liberadas, sin recibir ninguna ayuda exterior y apoyándose tan sólo en sus propios esfuerzos, liberaron vastos territorios, resistieron y contuvieron a la mayor parte de las fuerzas invasoras japonesas y a casi todas las tropas títere. Sólo gracias a nuestra decidida resistencia y heroica lucha, los doscientos millones de habitantes de la gran retaguardia[5] se salvaron de ser pisoteados por los agresores japoneses, y las regiones habitadas por estos doscientos millones se vieron libres de la ocupación japonesa. Chiang Kai-shek se escondió en el monte Emei, con guardianes delante que lo protegían: esto guardianes fueron las regiones liberadas, el pueblo y el ejército de la regiones liberadas. Al defender a los doscientos millones de habitantes de la gran retaguardia, protegimos también a este "generalísimo" y le dimos tiempo y espacio para esperar la victoria con los braza cruzados. Tiempo: ocho años y un mes. Espacio: una región habitada por doscientos millones. Estas condiciones se las proporcionamos nosotros. A no ser por nosotros, no hubiera podido permanecer como espectador. ¿Nos lo agradece acaso el "generalísimo" No, ¡él no! Este sujeto jamás ha conocido el agradecimiento. ¿Cómo subió Chiang Kai-shek al Poder? Por la Expedición al Norte[6], por
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la primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista[7] por el apoyo que le dio el pueblo, que aún no lo conocía a fondo. Una vez en el Poder, Chiang Kai-shek, lejos de mostrarse agradecido al pueblo, lo derribó de un puñetazo y lo sumergió en el mar de sangre de diez años de guerra civil. A vosotros, camaradas, os es familiar este trozo de la historia. Esta vez, en la Guerra de Resistencia, el pueblo chino lo volvió a defender. Esta guerra culmina ahora con la victoria y el Japón está a punto de rendirse, pero él no guarda el menor agradecimiento para el pueblo. Por el contrario, hojeando los anales de 1927, quiere actuar repitiendo las viejos métodos[8]. Dice que nunca ha habido ninguna "guerra civil" en China sino un mero "exterminio de bandidos". Como quiera que lo llame el hecho es que desea iniciar una guerra civil contra el pueblo, quiere hacer una carnicería con el pueblo.
   
Hasta que estalle una guerra civil en todo el país, mucha gente y muchos miembros del Partido no tendrán una comprensión clara de este problema. Como aún no se ha producido una guerra civil de grandes proporciones, como la que hay no es aún amplia ni se realiza en forma abierta y como las batallas todavía no son numerosas, muchos piensan: "¡A lo mejor no la habrá!" Muchos otros temen la guerra civil. Este no es un temor sin fundamento. Hubo diez años de lucha y luego otros ocho años de Guerra de Resistencia; si continúa la lucha, ¿adónde irá a parar todo? Es muy natural que surja ese temor. Con respecto a la maquinación de Chiang Kai-shek para desencadenar una guerra civil, la política de nuestro Partido es clara y consecuente: oponerse resueltamente a la guerra civil, estar en contra de la guerra civil e impedir la guerra civil. De aquí en adelante con-
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tinuaremos, con el esfuerzo máximo y la mayor paciencia, dirigiendo al pueblo en la lucha por impedir la guerra civil. Sin embargo, hay que tener conciencia clara de que el peligro de guerra civil es extremadamente grave, porque la política de Chiang Kai-shek ya está establecida. La política de Chiang Kai-shek es la de guerra civil. Nuestra política, la política del pueblo, está en contra de la guerra civil. Los opositores de la guerra civil son solamente el Partido Comunista de China y el pueblo chino; ¡lástima que no estén incluidos entre ellos Chiang Kai-shek y el Kuomintang! De este modo, un lado no quiere combatir y el otro sí. Si ninguno de los dos quisiera no habría combate. Ahora, como sólo un lado está en contra y este lado no es aún lo suficientemente fuerte para meter en cintura al otro, el peligro de guerra civil es sumamente grave.
   
Nuestro Partido señaló a tiempo que Chiang Kai-shek persistiría en su política reaccionaria de dictadura y de guerra civil. Antes del VII Congreso Nacional del Partido[9], durante el Congreso y después de él, realizamos un trabajo considerable para alertar al pueblo contra el peligro de guerra civil, a fin de que todo el pueblo, los miembros de nuestro Partido y nuestras tropas se encontraran moralmente preparados con anticipación. Es éste un punto muy importante; hay un mundo de diferencia si existe o no tal preparación. En 1927, nuestro Partido estaba todavía en su infancia y no se hallaba moralmente preparado ni en lo más mínimo para enfrentar el sorpresivo ataque contrarrevolucionario de Chiang Kai-shek. En consecuencia los frutos de la victoria conquistados por el pueblo pronto se perdieron, el pueblo padeció largos sufrimientos y una China esplendorosa fue sumida en las tinieblas. Esta vez las cosas son diferentes; nuestro Partido ha adquirido la rica experiencia de tres revoluciones[10] y un grado mucho más alto de madurez política. En repetidas ocasiones, el Comité Central del Partido ha explicado claramente el peligro de guerra civil de modo que todo el pueblo, todos los miembros del Partido y las tropas dirigidas por éste se encuentren preparados.
   
Chiang Kai-shek trata siempre de arrebatar al pueblo cada átomo de poder y cada átomo de sus conquistas. ¿Y nosotros? Nuestra política es la de responder medida por medida y luchar por cada pulgada de terreno. Actuamos a su manera. El trata siempre de imponer la guerra al pueblo, con una espada en la mano izquierda y otra en la derecha. Nosotros también empuñamos las espada siguiendo su ejemplo. Hemos encontrado este método sólo después
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de investigar y estudiar. Tal investigación y estudio son muy importantes. Cuando vemos que otro tiene algo en las manos, debemos hacer una investigación. ¿Qué es lo que tiene en las manos? Espadas. ¿Para qué sirven las espadas? Para matar. ¿A quién quiere matar con sus espadas? Al pueblo. Hechas estas averiguaciones, investiguemos más: el pueblo chino también tiene manos y también puede empuñar la espada, y si no hay ninguna disponible, puede forjarla. El pueblo chino ha descubierto esta verdad después de larga investigación y estudio. Los caudillos militares, los terratenientes, los déspotas locales y los shenshi malvados[11] y los imperialistas tienen todos espadas en sus manos y están dispuestos a matar. El pueblo ha llegado a comprender esto y actúa, por lo tanto, de la misma manera. Algunos entre nosotros desatienden a menudo tal investigación y estudio. Chen Tu-siu[12], por ejemplo, no comprendió que con las espadas se puede matar. Algunos dicen: ésta es una verdad elemental, ¿cómo es posible que no la comprenda un dirigente del Partido Comunista? ¡Quién sabe! Chen Tu-siu, como no investigaba ni estudiaba, no comprendió esto, por lo cual lo llamamos oportunista. Quien no ha investigado ni estudiado no tiene derecho a hablar; en consecuencia, privamos a Chen Tu-siu de ese derecho. Hemos adoptado un método diferente del de Chen Tu-siu, haciendo empuñar la espada al pueblo que sufría la opresión y la matanza. Si en otra ocasión alguien quiere matarnos, actuaremos a su manera. No hace mucho, el Kuomintang envió seis divisiones a atacar nuestra subregión de Kuanchung, y tres de ellas penetraron y ocuparon una superficie de 20 por 100 li. Actuamos a su manera y exterminamos cabal, definitiva y totalmente las tropas del Kuomintang en esta superficie de 20 por 100 li [13]. Nuestra política es la de responder medida por medida y luchar por cada pulgada de terreno; nunca permitiremos que el Kuomintang se apodere cómodamente de nuestro territorio y mate a nuestra gente. Desde luego, luchar por cada pulgada de terreno no significa "no abandonar una sola pulgada de terreno de las bases de apoyo "[14], como se hizo según la antigua línea "izquierdista". Esta vez abandonamos una superficie de 20 por 100 li. Abandonada a fines de julio, fue recuperada a comienzos de agosto. Después del Incidente del Sur de Anjui[15], el oficial de enlace del Kuomintang me preguntó una vez qué intentábamos hacer. Le respondí: "Usted está aquí en Yenán todo el tiempo ¿y no lo sabe? Si Je nos combate, lo combatiremos también. Si Je se detiene, nos detendremos también."[16] En ese entonces no se
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nombraba a Chiang Kai-shek, sino sólo a Je Ying-chin. Hoy decimos "Si Chiang nos combate, lo combatiremos también. Si Chiang se detiene, nos detendremos también." Actuaremos a su manera Como Chiang Kai-shek está ahora afilando sus espadas, debemos afilar también las nuestras.
   
Los derechos conquistados por el pueblo jamás se deben dejar perder con ligereza; hay que defenderlos mediante la lucha. No queremos la guerra civil. Sin embargo, si Chiang Kai-shek insiste en imponerla al pueblo chino, nos veremos obligados a empuñar las armas y a combatirlo en defensa propia para proteger la vida y los bienes, los derechos y el bienestar del pueblo de las regiones liberadas. Esta será la guerra civil que él nos impone. Si no la ganamos, no culparemos al cielo ni a la tierra, sino sólo a nosotros mismos. No obstante, que nadie piense que al pueblo se le pueden robar o defraudar fácilmente los derechos que ha conquistado; eso es imposible. El año pasado un corresponsal norteamericano me preguntó: "¿Quién les ha dado el poder de actuar¿" Respondí: "el pueblo." ¿Quién podría ser sino el pueblo? el Kuomintang gobernante no nos ha dado ningún poder. No nos reconoce. Nosotros formamos parte del Consejo Político Nacional en calidad de "organización cultural"[17], como lo estipulan sus estatutos. Pero decimos: no somos una "organización cultural"; tenemos un ejército, somos una "organización militar". el 1� de marzo de este año, Chiang Kai-shek declaró que el Partido Comunista no podría adquirir una situación legal a menos que le entregara su ejército. Esta declaración de Chiang Kai-shek sigue en vigencia. Nosotros no le hemos entregado nuestro ejército y, por tanto, no gozamos de legalidad y estamos "desafiando las leyes humanas y divinas". Nuestro deber es ser responsables ante el pueblo. Cada palabra, cada acto y cada medida política deben concordar con los intereses del pueblo, y si se cometen errores, deben corregirse: esto es lo que significa ser responsables ante el pueblo. Camaradas, el pueblo desea la liberación y, por tanto, confía el poder a los que pueden representarlo y trabajar fielmente por él, esto es, a nosotros los comunistas. Como representantes del pueblo, debemos representarlo bien y no actuar a la manera de Chen Tu-siu. Frente a los ataques contrarrevolucionarios contra el pueblo, Chen Tu-siu no adoptó la política de responder medida por medida y luchar por cada pulgada de terreno; a raíz de eso, en 1927, hizo perder al pueblo en unos pocos meses todos los derechos que éste había ganado. Esta vez debemos
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estar alerta. Nuestra política es absolutamente distinta de la de Chen Tu-siu; ningún ardid puede engañamos. Debemos tener la cabeza clara y una política correcta; no debemos cometer errores.
   
¿A quién deben pertenecer los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia? Es muy evidente. Tomemos un duraznero como ejemplo. Cuando el árbol produce duraznos, éstos son los frutos de la victoria. ¿Quién tiene derecho a recoger los duraznos? Hay que preguntar quién plantó el árbol, quién acarreó el agua y lo regó. Chiang Kai-shek, agazapado en la montaña, no acarreó ni un solo cubo de agua; sin embargo, ahora estira mucho el brazo para recoger los duraznos. "Yo, Chiang Kai-shek, soy dueño de estos duraznos -- alega --; yo soy el terrateniente, vosotros sois mis siervos y no os permitiré recoger ninguno." Lo hemos refutado por la prensa[18]. Le dijimos: "Tú nunca acarreaste agua, y no tienes por tanto ningún derecho a recoger los duraznos. Nosotros, el pueblo de las regiones liberadas, regamos día tras día el árbol y tenemos más derecho que nadie a recoger los frutos " Camaradas, la victoria de la Guerra de Resistencia la ha conquistado el pueblo al precio de sangre y sacrificios; debe ser la victoria del pueblo, y los frutos de la Guerra de Resistencia deben pertenecer al pueblo. En cuanto a Chiang Kai-shek, fue pasivo en la Guerra de Resistencia, pero activo en el anticomunismo. Fue una piedra en el camino para el pueblo en la Guerra de Resistencia. Ahora esta piedra viene a monopolizar los frutos de la victoria, quiere que después de la victoria China recaiga en su vieja situación de anteguerra, y no tolera el más ligero cambio. Esto da origen a la lucha. Camaradas, se trata de una lucha de suma gravedad.
   
Que los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia deben pertenecer al pueblo es una cosa; pero en manos de quién caerán en última instancia, y si será en las del pueblo, es otra. No se crea que todos los frutos de la victoria caerán con seguridad en las manos del pueblo. Una partida de grandes duraznos, tales como Shanghai, Nankín, Jangchou y otras grandes ciudades, se la robará Chiang Kai-shek. Este se confabula con el imperialismo norteamericano y en esos lugares ellos tienen la superioridad de fuerza, mientras que hasta el momento el pueblo revolucionario sólo puede ocupar, en general, las zonas rurales. Otra partida de duraznos será disputada por ambas partes. Se trata de las ciudades medianas y pequeñas situadas a lo largo del tramo, al Norte de Taiyuán, del ferrocarril Tatung-Puchou; del tramo central del ferrocarril Peiping-Suiyuán; del
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ferrocarril Peiping-Liaoning; del tramo, al Norte de Chengchou, del ferrocarril Peiping-Jankou; de los ferrocarriles Chengting-Taiyuán, Paikui-Chincheng[19], Techou-Shichiachuang, Tientsín-Pukou y Chingtao Chinán, y del tramo, al Este de Chengchou, del ferrocarril Lungjai. Estas ciudades medianas y pequeñas deben ser disputadas; son los duraznos medianos y pequeños regados por el pueblo de las regiones liberadas con sudor y sangre. Es difícil decir por ahora si estos lugares caerán en las manos del pueblo. Por el momento sólo pueden decirse dos palabras: luchar firme. ¿Hay lugares que caerán con seguridad en las manos del pueblo? Sí, los hay. Se trata de extensas zonas rurales y numerosas ciudades de las provincias de Jopei, Chajar y Yejé[20], de la mayor parte de la provincia de Shansí, de la provincia de Shantung y del Norte de Chiangsú; allí las aldeas están unidas entre sí y hay unas cien ciudades en una zona, de setenta a ochenta en otra, de cuarenta a cincuenta en una tercera: en total son tres, cuatro, cinco o seis zonas como ésas, grandes y pequeñas. ¿Qué clase de ciudades? Ciudades medianas y pequeñas. Estamos seguros de que serán nuestras, tenemos la fuerza para recoger estos frutos de la victoria. En la historia de la revolución china, será la primera vez que consigamos semejante cosecha. Históricamente, sólo después de aplastar la tercera campaña enemiga de "cerco y aniquilamiento"[21] en la segunda mitad de 1931, tuvimos en total veintiuna capitales de distrito[22] en la base revolucionaria central en la provincia de Chiangsí, pero entre ellas no había ni una sola ciudad mediana. Con veintiuna ciudades pequeñas unidas entre sí, el máximo que alcanzó la población total fue de 2.500.000 habitantes. Apoyándose en esto, el pueblo chino pudo proseguir la lucha por un tiempo tan largo, obtener tan grandes victorias y derrotar tan grandes campañas de "cerco y aniquilamiento". Más tarde fuimos derrotados, de lo cual no debemos culpar a Chiang Kai-shek, sino a nosotros mismos por no haber luchado bien. Esta vez, si decenas de ciudades grandes y pequeñas están unidas en una sola zona, y si existen tres, cuatro, cinco o seis zonas semejantes, tendrá el pueblo chino tres, cuatro, cinco o seis bases revolucionarias, cada una de ellas mayor que la base revolucionaria central en la provincia de Chiangsí, y la situación de la revolución china será muy promisoria.
   
Mirada la situación en su conjunto, la etapa de la Guerra de Resistencia contra el Japón ha terminado y la lucha dentro del país constituye la nueva situación y la nueva tarea. Chiang Kai-shek habla de la "construcción del país". De ahora en adelante, la lucha
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girará en tomo a qué clase de país se va a construir. ¿Construir un país de nueva democracia de las amplias masas populares bajo la dirección del proletariado, o construir un país semicolonial y semifeudal bajo la dictadura de los grandes terratenientes y de la gran burguesía? Será una lucha complicada en extremo. En la actualidad asume la forma de una lucha entre Chiang Kai-shek, quien trata de usurpar los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia, y nosotros, que nos oponemos a su usurpación. Si hay algún oportunismo durante este período, consistirá en no luchar firme y en ceder voluntariamente a Chiang Kai-shek los frutos que deben pertenecer al pueblo.
   
¿Estallará una guerra civil abierta y general? Eso depende de los factores interiores e internacionales. Los factores interiores consisten principalmente en nuestra fuerza y el grado de nuestra conciencia política. Dadas la tendencia general de la situación internacional e interior y las aspiraciones del pueblo, ¿es posible, mediante nuestra lucha, localizar la guerra civil o demorar el estallido de una guerra civil de amplitud nacional? Existe esta posibilidad.
   
Chiang Kai-shek tropezará con muchas dificultades si intenta desencadenar la guerra civil. Primero, en las regiones liberadas hay cien millones de habitantes, un millón de soldados y más de dos millones de milicianos populares. Segundo, las masas populares políticamente conscientes en las regiones dominadas por el Kuomintang son contrarias a la guerra civil, y esto constituye una especie de freno para Chiang Kai-shek. Tercero, en el seno del Kuomintang también existe un sector que no está en favor de la guerra civil. La situación actual difiere mucho de la de 1927. En particular, las condiciones de nuestro Partido son hoy muy distintas de las de 1927. En aquella época nuestro Partido estaba aún en su infancia y no tenía una cabeza clara, ni experiencia en la lucha armada, ni la política de responder medida por medida. Hoy la conciencia política de nuestro Partido es mucho más alta.
   
Aparte de nuestra propia conciencia política, conciencia política de la vanguardia del proletariado, existe la cuestión de la conciencia política de las masas populares. Cuando el pueblo carece todavía de conciencia política, es enteramente posible que ceda a otros los frutos de la revolución. Esto ocurrió en el pasado. Hoy la conciencia política del pueblo chino también es mucho más alta. El prestigio de nuestro Partido entre el pueblo nunca ha sido tan grande. No obstante, entre el pueblo, principalmente entre los que viven
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en las regiones ocupadas por los invasores japoneses y en las dominadas por el Kuomintang, existe aún un buen número que cree en Chiang Kai-shek y abriga ilusiones con respecto al Kuomintang y a los EE.UU., ilusiones que Chiang Kai-shek se afana por difundir. El hecho de que un sector del pueblo chino carezca todavía de conciencia política, muestra que nuestra labor de propaganda y organización está aún lejos de ser suficiente. El despertar político del pueblo no es cosa fácil. Para desarraigar de la mente del pueblo las ideas erróneas, se requieren muchos esfuerzos serios de nuestra parte. Debemos barrer lo atrasado de la mente del pueblo chino, así como barremos nuestras habitaciones. El polvo no desaparece solo, sin que lo barran. Debemos llevar a cabo una amplia propaganda y educación entre las masas populares, a fin de que comprendan la situación real y la marcha de los acontecimientos de China y tengan confianza en su propia fuerza.
   
A nosotros nos incumbe organizar al pueblo. En cuanto a los reaccionarios chinos, nos incumbe a nosotros organizar al pueblo para derribarlos. Lo mismo ocurre con todo lo reaccionario: si tú no lo golpeas, no se cae. Esto es igual que barrer el suelo; por regla general, donde no llega la escoba, el polvo no desaparece solo. Hay un río, llamado Chietsi, situado al Sur de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. Al Sur del río está el distrito de Luochuan y al Norte el distrito de Fusien. Al Norte y al Sur del río hay dos mundos diferentes. El Sur se halla bajo la dominación del Kuomintang; como no hemos llegado allí, las masas populares no están organizadas y hay mucha inmundicia y podredumbre. Algunos de nuestros camaradas sólo se fían de la influencia política, considerando que la mera influencia basta para resolver los problemas. Es ésa una fe ciega. En 1936 estábamos en Paoan[23]. A cuarenta o cincuenta li había una aldea fortificada bajo el dominio de un déspota terrateniente. El Comité Central del Partido estaba entonces en Paoan y se podía considerar muy grande nuestra influencia política; pero los contrarrevolucionarios de la aldea se negaban obstinadamente a rendirse. Barrimos por el Sur, barrimos por el Norte, pero todo fue en vano. Sólo cuando nuestra escoba entró a barrer en la propia aldea, el terrateniente gritó: "¡Ay, no puedo más!"[24] Así son las cosas en este mundo. Las campanas no suenan mientras no las tocas. Las mesas no se mueven mientras no las trasladas. El Japón no se rendiría si el Ejército Rojo de la Unión Soviética no hubiera entrado en el Nordeste de China. Las tropas japonesas y las tropas títere
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no entregarían nunca sus armas si nuestras tropas no las atacaran. Sólo donde llega la escoba, puede producir todo su efecto la influencia política. Nuestra escoba es el Partido Comunista, el VIII Ejército y el Nuevo 4.� Cuerpo de Ejército. Escoba en mano, tienes que aprender a barrer; no te quedes en la cama soñando con que se levantará una ráfaga y barrerá todo el polvo. Nosotros los marxistas somos realistas revolucionarios y nunca nos entregamos a sueños ociosos. Hay un viejo dicho en China: "Levántate al alba y barre el patio."[25] el alba es el nacimiento de un nuevo día. Nuestros antepasados nos decían que nos levantáramos y barriéramos apenas apuntara el día. Nos señalaron una tarea. Sólo pensando y actuando de este modo sacaremos provecho y tendremos en qué ocupamos. China posee un vasto territorio, y es asunto nuestro limpiarlo con la escoba, pulgada a pulgada.
   
¿Sobre qué base debe descansar nuestra política? Debe reposar en nuestra propia fuerza, y eso significa robustecerse mediante los propios esfuerzos. No estamos solos; todos los países y pueblos del mundo que se oponen al imperialismo son nuestros amigos. Sin embargo, hacemos hincapié en apoyamos en nuestros propios esfuerzos. Apoyándonos en las fuerzas que nosotros mismos organicemos, podemos derrotar a todos los reaccionarios chinos y extranjeros. Chiang Kai-shek, por el contrario, se apoya enteramente en la ayuda del imperialismo norteamericano, al cual considera su principal soporte. La trinidad de dictadura, guerra civil y entreguismo ha sido siempre la base de su política. El imperialismo norteamericano quiere ayudar a Chiang Kai-shek a hacer la guerra civil y convertir a China en una dependencia de los EE.UU., y esta política también fue establecida hace mucho. Pero el imperialismo norteamericano, fuerte en apariencia, es débil por dentro. Debemos tener la mente despejada, es decir, no debemos dar crédito a las "palabras bonitas" de los imperialistas ni temer sus amenazas. En cierta ocasión, un norteamericano me dijo: "Ustedes deberían escuchar a Hurley y enviar algunos hombres a servir como funcionarios en el gobierno del Kuomintang."[26] Le contesté: "No es cosa fácil ser un funcionario amarrado de pies y manos; no queremos serlo. Si hemos de ser funcionarios, debemos tener las manos y los pies libres, ser libres para actuar, es decir, debe establecerse un gobierno de coalición sobre una base democrática." Replicó: "Está mal que no quieran serlo." Le pregunté: "¿Por qué está mal?" Me dijo: "Primero, los norteamericanos los censurarán; segundo, los norteamericanos respaldarán
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a Chiang Kai-shek." Le contesté: "Si ustedes, los norteamericanos, hartos de comer y dormir, quieren censurar a la gente y respaldar a Chiang Kai-shek, ése es asunto de ustedes, en el que no me inmiscuiré. Lo que ahora tenemos nosotros es mijo más fusiles, lo que ustedes tienen es pan más cañones. Si desean respaldar a Chiang Kai-shek, respáldenlo, respáldenlo cuanto tiempo quieran. Pero recuerden una cosa. ¿A quién pertenece China? China no pertenece en absoluto a Chiang Kai-shek, China pertenece al pueblo chino. Con seguridad llegará el día en que les será imposible respaldarlo más tiempo." Camaradas, este norteamericano trataba de intimidar a la gente. Los imperialistas son maestros en estas cosas y muchas personas de las colonias efectivamente se dejan intimidar. Los imperialistas creen que en las colonias se puede intimidar a todos, pero no se dan cuenta de que en China hay gente que no teme esas cosas. En el pasado hemos criticado y denunciado abiertamente la política norteamericana de ayuda a Chiang Kai-shek y lucha contra los comunistas; esto fue necesario y lo continuaremos haciendo.
   
La Unión Soviética ha enviado sus tropas, el Ejército Rojo ha venido en ayuda del pueblo chino para la expulsión del agresor; acontecimiento semejante nunca había ocurrido en la historia de China. Su influencia es inconmensurable. Los órganos de propaganda de los EE.UU. y de Chiang Kai-shek esperaban barrer, con dos bombas atómicas, la influencia política del Ejército Rojo[27]. Pero no la pueden barrer; no es tan fácil. ¿Puede la bomba atómica decidir las guerras? No, no puede. Las bombas atómicas no pudieron hacer que el Japón se rindiera. Sin la lucha del pueblo, la bomba atómica por sí misma resulta vana. Si la bomba atómica pudiera decidir la guerra, ¿por qué fue necesario pedir a la Unión Soviética que enviara sus tropas? ¿Por qué el Japón no se rindió cuando le arrojaron las dos bombas atómicas y por qué sí se rindió apenas la Unión Soviética hubo enviado sus tropas? Algunos camaradas nuestros también creen omnipotente a la bomba atómica; esto es un gran error. Estos camaradas incluso demuestran tener menos juicio que un par inglés. Hay un par inglés llamado Mountbatten. Dijo que el más grave error posible sería creer que la bomba atómica puede decidir la guerra[28]. Estos camaradas andan más atrasados que Mountbatten. ¿Cuál influencia ha hecho a estos camaradas considerar la bomba atómica como algo milagroso? La influencia burguesa. ¿De dónde proviene? De su educación en escuelas burguesas, de la prensa y las agencias noticiosas burguesas. Hay dos concepciones del mundo
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y dos metodologías: la concepción del mundo y metodología proletarias y la concepción del mundo y metodología burguesas. Estos camaradas a menudo se aferran a la concepción del mundo y metodología burguesas y olvidan la concepción del mundo y metodología proletarias. La teoría de que "las armas lo deciden todo", el punto de vista puramente militar, el estilo de trabajo burocrático y divorciado de las masas, las ideas individualistas y cosas por el estilo que se encuentran en nuestras filas, todo esto es producto de la influencia burguesa. Debemos constantemente barrer de nuestras filas estas cosas burguesas, igual que barremos el polvo.
   
La entrada de la Unión Soviética en la guerra ha decidido la rendición del Japón, y la situación en China pasa a un nuevo período. Entre la Guerra de Resistencia y el nuevo período media una etapa de transición. La lucha durante esta etapa de transición es oponerse a que Chiang Kai-shek usurpe los frutos de la victoria en la Guerra de Resistencia. Chiang Kai-shek quiere iniciar una guerra civil que envuelva a toda la nación y su política está ya establecida; debemos estar preparados para esto. Sea cual fuere el momento en que estalle esta guerra civil de amplitud nacional, debemos encontramos bien preparados. Si se produce pronto, digamos mañana por la mañana, también tenemos que estar preparados. Ese es el primer punto. En la actual situación internacional e interior es posible que la guerra civil se vea circunscrita durante un tiempo y tenga un carácter local. Ese es el segundo punto. Para el primer punto debemos preparamos, el segundo es lo que existe desde hace tiempo. En resumen, debemos estar preparados. Si lo estamos, podremos afrontar apropiadamente toda clase de situaciones complicadas.
   
[Nota -- En el texto impreso, la siguiente nota del editor empieza al pie de la página que sigue. -- DJR]
From Marx
to Mao |
Apuntes sobre |
pág. 19
[1]
El 8 de agosto de 1945, el Gobierno soviético declaró la guerra al Japón, y el 10 de agosto hizo lo mismo el Gobierno de Mongolia. El Ejército Rojo soviético entró por tierra y mar en el Nordeste de China y en Corea y derrotó rápidamente al Ejército de Kuantung de las fuerzas japonesas. Las fuerzas conjuntas sovieto-mongolas cruzaron el desierto de la Mongolia Interior y entraron en las provincias de Yejé y Chajar. El 10 de agosto, el Gobierno japonés se vio obligado a enviar una nota en que mendigaba la rendición, y el 14 anunció formalmente su rendición incondicional. El Ejército de Kuantung era lo más selecto de las fuerzas principales del ejército japonés y constituía la reserva estratégica general del Japón. Los imperialistas japoneses habían soñado con apoyarse en esta fuerza para sostener una
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larga guerra desde su posición estratégica favorable en el Nordeste de China y en Corea. Este plan fue desbaratado por completo con la entrada de la Unión Soviética en la guerra, y el Gobierno japonés tuvo que admitir su derrota y rendirse.
[pág. 7]
[2]
Para mayores detalles, véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III, "Comentario sobre la XI Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang y la II Sesión del III Consejo Político Nacional".
[pág. 7]
[3]
"Montaña" se refiere aquí al monte Emei en la provincia de Sechuán y, en general, a las zonas montañosas en el Sudoeste y Noroeste de China. Después de la ocupación de Wuján por el ejército japonés en 1938, Chiang Kai-shek se refugió, con las principales fuerzas bajo su mando, en estas zonas montañosas y se instaló allí para observar como espectador la dura lucha que el ejército y el pueblo de las regiones liberadas conducían detrás de las líneas enemigas contra los agresores japoneses.
[pág. 8]
[4]
Antes de la Guerra de Resistencia contra el Japón, la mayoría de las bases revolucionarias dirigidas por el Partido Comunista de China estaban situadas en las zonas montañosas. En esa época, el dominio de Chiang Kai-shek se hallaba centrado en las grandes ciudades a lo largo de los grandes ríos y en el litoral. Por eso, el camarada Mao Tse-tung dijo que "nosotros estábamos en la montaña y él, junto al agua".
[pág. 8]
[5]
Durante la Guerra de Resistencia, el frente estaba en el Norte, Este, centro y Sur de China. Se llamaba, por lo común, gran retaguardia a las regiones en el Sudoeste y Noroeste de China que se hallaban dominadas por el Kuomintang y que no estaban ocupadas por los invasores japoneses.
[pág. 8]
[6]
La Expedición al Norte fue la guerra punitiva que el ejército revolucionario emprendió en mayo-julio de 1926, desde la provincia de Kuangtung, contra los caudillos militares del Norte. El Ejército de la Expedición al Norte, en cuya dirección participaba el Partido Comunista y que se hallaba bajo su influencia (el trabajo político en el Ejército estaba en esa época, en su mayor parte, a cargo de miembros del Partido), se granjeó el cálido apoyo de las amplias masas de obreros y campesinos. En la segunda mitad de 1926 y la primera mitad de 1927, ocupó la mayor parte de las provincias a lo largo de los ríos Yangtsé y Amarillo y derrotó a los caudillos militares del Norte. En abril de 1927, esta guerra revolucionaria fracasó como resultado de la traición de la camarilla reaccionaria acaudillada por Chiang Kai-shek dentro de las filas revolucionarias.
[pág. 8]
[7]
En 1924, con la ayuda del Partido Comunista de China, Sun Yat-sen reorganizó el Kuomintang y estableció la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista. La guerra revolucionaria de 1924-1927 se libró sobre la base de esta cooperación. Esta primera cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista se rompió a consecuencia de la traición de Chiang Kai-shek y de Wang Ching-wei en 1927.
[pág. 9]
[8]
Se refiere a la traición de Chiang Kai-shek a la revolución en 1927. Después de traicionarla, Chiang Kai-shek asesinó gran número de comunistas, obreros, campesinos e intelectuales revolucionarios y desencadenó la guerra contra las masas revolucionarias.
[pág. 9]
[9]
Este Congreso se celebró en Yenán en abril de 1927. El camarada Mao Tse-tung pronunció allí su informe político "Sobre el gobierno de coalición" (véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III).
[pág. 10]
[10]
La primera revolución fue la lucha revolucionaria antiimperialista y antifeudal mantenida de 1924 a 1927 por el pueblo chino bajo la dirección del Partido
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Comunista de China; el contenido principal de esta revolución lo constituyo la Expedición al Norte. La segunda revolución fue la lucha revolucionaria de 1927 a 1937 para crear y desarrollar el Poder rojo. La tercera revolución fue la Guerra de Resistencia contra el Japón, de 1937 a 1945.
[pág. 10]
[11]
Los déspotas locales y los shenshi malvados eran los terratenientes, campesinos ricos, funcionarios retirados u hombres ricos en la vieja sociedad china quienes, aprovechándose de su influencia y poder, hacían y deshacían a su antojo en el campo o la ciudad. Como representantes políticos de la clase terrateniente en las localidades, controlaban el Poder local y manejaban los pleitos judiciales, se entregaban a la corrupción y llevaban una vida disoluta, cometían toda clase de fechorías y oprimían cruelmente al pueblo.
[pág. 11]
[12]
Chen Tu-siu, por algún tiempo profesor de la Universidad de Pekín, se hizo famoso como redactor en jefe de la revista Nueva Juventud. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista de China y, debido a su renombre en la época del Movimiento del 4 de Mayo y a la inmadurez del Partido en los albores de su existencia, llegó a ser su Secretario General. En el último período de la revolución de 1924-1927, las ideas derechistas dentro del Partido, representadas por Chen Tu-siu, se convirtieron en una línea capitulacionista. En "La situación actual y nuestras tareas ", el camarada Mao Tse-tung dice que los capitulacionistas de ese tiempo "renunciaron voluntariamente a la dirección de las masas campesinas, de la pequeña burguesía urbana y la burguesía media y, en particular, de las fuerzas armadas, causando así la derrota de la revolución" (véase el presente tomo, pág. 174). Después de la derrota de la revolución en 1927, Chen Tu-siu y un puñado de otros capitulacionistas se volvieron pesimistas, perdieron la fe en el Futuro de la revolución y cayeron en el liquidacionismo. Adoptaron la posición reaccionaria de los trotskistas y, junto con éstos, formaron un pequeño grupo antipartido. En consecuencia, Chen Tu-siu fue expulsado del Partido en noviembre de 1929. Murió en 1942. Con referencia al oportunismo derechista de Chen Tu-siu, véanse las notas al título de "Análisis de las clases de la sociedad china" y de "Informe sobre una investigación del movimiento campesino en Junán" (Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I) y el artículo "Con motivo de la aparición de El Comunista " (Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II).
[pág. 11]
[13]
El 21 de julio de 1945, la 59a división provisional y la 2a división de caballería al mando de Ju Tsung-nan, comandante de la I zona de guerra del Kuomintang, atacaron por sorpresa el monte Yetai, en el distrito de Chunjua subregión de Kuanchung de la región fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. El 23 de julio, Ju Tsung-nan lanzó también al ataque su 3a división de reserva. El 27 de julio, nuestras fuerzas se retiraron por su propia iniciativa del monte Yetai y de 41 aldeas al Oeste del mismo. Las fuerzas del Kuomintang continuaron su avance y atacaron Sünyi, Yaosien y otros puntos. El 8 de agosto, nuestras fuerzas las contraatacaron y recuperaron la zona del monte Yetai.
[pág. 11]
[14]
Los oportunistas de "izquierda" lanzaron esta consigna durante el período de octubre de 1933 a octubre de 1934, cuando el Ejército Rojo de la base revolucionaria central luchaba contra la quinta campaña de cerco del Kuomintang. Esta consigna era diametralmente opuesta a la estrategia formulada por el camarada Mao Tse-tung, estrategia que consistía en atraer al enemigo a lo profundo de nuestro territorio, concentrar una fuerza superior y escoger los puntos débiles del enemigo para aniquilarlo en una guerra de movimientos.
[pág. 11]
[15]
A exigencia de Chiang Kai-shek, el Cuartel General del Nuevo 4� Cuerpo de Ejército, dirigido por el Partido Comunista de China, y las unidades al mando
pág. 22
directo de este Cuartel General, se trasladaron en enero de 1941, desde el Sur de la provincia de Anjui hacia el Norte, para cruzar el río Yangtsé. Durante la marcha se vieron rodeados y atacados sorpresivamente por tropas de Chiang Kai-shek y perdieron más de nueve mil hombres entre muertos, heridos y prisioneros. A continuación Chiang Kai-shek declaró cancelada la denominación del Nuevo 4� Cuerpo de Ejército y ordenó el ataque contra sus otras unidades. Este suceso fue llamado Incidente del Sur de Anjui.
[pág. 11]
[16]
Durante la Guerra de Resistencia, el Kuomintang mantuvo en Yenán a un oficial de enlace. "Je" se refiere a Je Ying-chin, jefe del Estado Mayor Central del Kuomintang. El 19 de octubre y el 8 de diciembre de 1940, Chiang Kai-shek envió dos telegramas firmados por Je Ying-chin y Pai Chung-si, subjefe del Estado Mayor Central del Kuomintang, en los que calumniaba de manera soez al VIII Ejército y al Nuevo 4� Cuerpo de Ejército, que luchaban tesoneramente detrás de las líneas japonesas, y ordenaba arbitrariamente a las fuerzas armadas populares antijaponesas que operaban al Sur del río Amarillo, retirarse al Norte del río dentro de un plazo determinado. Los reaccionarios del Kuomintang iniciaron entonces un repentino ataque contra las unidades del Nuevo 4� Cuerpo de Ejército que se trasladaban hacia el Norte, originando así el Incidente del Sur de Anjui. En ese momento, el Partido Comunista de China señaló a Je Ying-chin como el representante de los reaccionarios del Kuomintang que habían lanzado una amplia campaña anticomunista, pero en realidad se refería a Chiang Kai-shek.
[pág. 11]
[17]
El "Consejo Político Nacional" fue un organismo consultivo establecido por el gobierno del Kuomintang después del comienzo de la Guerra de Resistencia. Sus miembros eran todos "seleccionados" por este gobierno; la mayoría pertenecía al Kuomintang y sólo un pequeño número al Partido Comunista de China y a otros partidos políticos. Además el gobierno del Kuomintang no reconocía la igualdad ni la legalidad de los partidos que se oponían a la agresión japonesa, ni permitía a sus miembros tomar parte en el Consejo en calidad de representantes de sus partidos. Una de las disposiciones del llamado Reglamento Orgánico del Consejo Político Nacional promulgado por el gobierno del Kuomintang estipulaba que podrían ser miembros del Consejo "todas las personas que hayan servido en importantes organizaciones culturales o económicas durante tres años o más y gocen de prestigio, o las que se dediquen a los asuntos del Estado y gocen de prestigio desde hace tiempo". De acuerdo con esta estipulación, el Kuomintang "seleccionó" entonces algunos Consejeros entre las filas del Partido Comunista de China.
[pág. 12]
[18]
Se refiere a "Chiang Kai-shek está provocando la guerra civil", comentario escrito por el camarada Mao Tse-tung para la Agencia de Noticias Sinjua. Véase el presente tomo, págs. 25-26.
[pág. 13]
[19]
Línea ferroviaria sin terminar en el Sudeste de la provincia de Shansí, entre Paikui, en el distrito de Chisien, y Chincheng.
[pág. 14]
[20]
La provincia de Chajar fue suprimida en 1952, y la provincia de Yejé en 1955. Los territorios originariamente bajo su jurisdicción fueron transferidos a las provincias de Jopei, Shansí y Liaoning y a la región autónoma de Mongolia Interior.
[pág. 14]
[21]
De julio a septiembre de 1931, Chiang Kai-shek asumió personalmente el mando de esta campaña contra la base roja de Chiangsí y lanzó a la acción trescientos mil hombres de sus tropas reaccionarias. El Ejército Rojo de China derrotó esta campaña de cerco y conquistó una gran victoria. Para mayores detalles, véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. I, "Problemas estratégicos de la guerra revolucionaria de China", cap. V. sec. 5.
[pág. 14]
pág. 23
[22]
Las veintiuna capitales de distrito que se mencionan eran Yuichín, Juichang, Sünwu, Anyuan, Sinfeng, Yutu, Singkuo, Ningtu, Kuangchang, Shicheng y Lichuan, en la provincia de Chiangsí, y Chienning, Taining, Ningjua, Chingliu, Kuijua, Lungyen, Changting, Liencheng, Shangjang y Yungting, en la provincia de Fuchién.
[pág. 14]
[23]
Paoan era un distrito en el Noroeste de la provincia de Shensí. Ahora se llama distrito de Chitan. El Comité Central del Partido Comunista de China tuvo allí su sede desde comienzos de julio de 1936 hasta enero de 1937. Más tarde se trasladó a Yenán.
[pág. 16]
[24]
Se refiere a la aldea fortificada de Tanpachai, en el Sudoeste del distrito de Paoan. Esta aldea, con algo más de doscientas familias, ocupaba una posición de muy difícil acceso. Tsao Chün-chang, déspota terrateniente, con una reaccionaria banda armada local de más de cien hombres a su mando, estaba atrincherado desde hacía mucho en esta aldea. tropas del Ejército Rojo de China sitiaron repetidas veces la aldea sin lograr tomarla. En agosto de 1936, el Ejército Rojo, a la vez que rodeaba Tanpachai con fuerzas armadas locales, procedió a ganarse a las masas básicas de la aldea y a desintegrar al enemigo por dentro. El bandido Tsao huyó en diciembre con un puñado de sus hombres y Tanpachai quedó liberado.
[pág. 16]
[25]
De Máximas para Gobernar Bien la Familia, escrito por Chu Pai-lu en el siglo XVII.
[pág. 17]
[26]
Se refiere al coronel David D. Barrett, jefe del Grupo de Observadores del ejército norteamericano en Yenán. Con el consentimiento del Partido Comunista de China, este grupo llegó a Yenán en 1944, enviado por las fuerzas norteamericanas que luchaban contra el Japón. Patrick J. Hurley, uno de los politicastros reaccionarios del Partido Republicano, vino a China en septiembre de 1944 como representante personal del presidente de los EE.UU. y a fines del año pasó a ser embajador norteamericano en China. Véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. III, "El Viejo Tonto que removió las montañas", nota 1.
[pág. 17]
[27]
Los EE.UU. arrojaron el 6 de agosto de 1945 una bomba atómica sobre Hiroshima y el 9 de agosto otra sobre Nagasaki. Los órganos de propaganda de los EE.UU. y del Kuomintang hicieron luego una gran alharaca, alegando que el Gobierno japonés se había rendido porque temía a las bombas atómicas norteamericanas. Pretendían con esa propaganda amenguar el papel decisivo que desempeñó en la rendición del Japón la entrada de la Unión Soviética en la guerra.
[pág. 18]
[28]
Mountbatten, entonces jefe supremo de las Fuerzas aliadas en el Sudeste de Asia, hizo una declaración el 9 de agosto de 1945 en que saludaba la entrada de la Unión Soviética en la guerra contra el Japón. Y decía: "El más grave error posible sería creer que la bomba atómica puede poner fin a la guerra en el Extremo Oriente."
[pág. 18]
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