Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 45
13 de agosto de 1945
   
La rápida rendición de los invasores japoneses ha cambiado toda la situación. Chiang Kai-shek ha monopolizado el derecho de recibir la rendición y, por ahora (durante un período), no estarán en nuestras manos las grandes ciudades ni las importantes vías de comunicación. Sin embargo, en el Norte de China aún hemos de luchar firme, luchar con toda nuestra fuerza para tomar todo lo que podamos. Nuestro ejército ha recuperado, en las últimas dos semanas, 59 ciudades grandes y pequeñas y extensas zonas rurales, e, incluidas las que ya poseíamos, controlamos ahora 175 ciudades en total, lo cual supone una gran victoria. En el Norte de China hemos recuperado Weijaiwei, Yentai, Lungkou, Yitu, Tsichuan, Yangliuching, Pikechi, Poai, Chang-chiakou, Chining y Fengchen. El poderío de nuestro ejército ha estremecido el Norte de China, lo cual, junto con el avance arrollador de las fuerzas soviéticas y mongolas sobre la Gran Muralla, ha colocado a nuestro Partido en una posición favorable. En el próximo período debemos continuar la ofensiva a fin de apoderamos, en la medida de lo posible, del ferrocarril Peiping-Suiyuán, del tramo Norte del ferrocarril Tatung-Puchou y de los ferrocarriles Chengting-Taiyuán, Techou-Shichiachuang, Paikui-Chincheng y Taokou-Chingjua, y de cortar los ferrocarriles Peiping-Liaoning, Peiping-Jankou, Tientsín-Pukou, Chingtao-Chinán, Lungjai y Shanghai-Nankín. Debemos obtener el control de todo lo que podamos, aunque sea temporalmente. Al mismo tiempo, tenemos que emplear las fuerzas necesarias para ocupar el mayor número posible de aldeas, así como de capitales de antiguas prefecturas, capitales de distrito y pequeños poblados. Por ejemplo,
   
* Circular interna del Partido Comunista de China que, en nombre del Comité Central, redactó el camarada Mao Tse-tung 2 días antes de marchar a Chungching a negociar la paz con Chiang Kai-shek. Como el Partido Comunista y las amplias masas populares de China se oponían firmemente a las maquinaciones de Chiang Kai-shek para desatar una guerra civil, y como el imperialismo norteamericano aún tenía que guardar cierta consideración por la opinión pública democrática mundial; que condenaba unánimemente la política de guerra civil y dictadura de Chiang Kai-shek, éste envió, el 14, 20 y 23 de agosto de 1945, tres telegramas al camarada Mao Tse-tung, invitándolo a Chungching para negociar la paz. Con el mismo propósito, vino el 27 de agosto a Yenán Patrick J. Hurley, entonces embajador norteamericano en la China dominada por el Kuomintang. El Partido Comunista decidió enviar a los camaradas Mao Tse-tung; Chou En-lai y Wang Yuo-fei a Chungching a celebrar negociaciones de paz con el Kuomintang, con el fin de hacer todo lo posible por la paz y también de mostrar, en el curso de la lucha por ella, al imperialismo norteamericano y a Chiang Kai-shek en sus verdaderos colores y contribuir así a unir y educar a las amplias masas populares. Esta circular redactada por el camarada Mao Tse-tung analizaba la marcha de los acontecimientos en China durante las 2 semanas que siguieron al anuncio de la reedición del Japón. [cont. en pág. 47. -- DJR] Elucidaba la política del Comité Central del Partido Comunista de China acerca de las negociaciones de paz, las concesiones que el Partido estaba dispuesto a hacer en ellas y las medidas para afrontar sus dos posibles resultados. Indicaba los principios de la lucha que debían seguirse respectivamente en las regiones liberadas del Norte y el Este y en las del centro y el Sur de China. Y advertía a todo el Partido que de modo alguno debía relajar la vigilancia ni la lucha contra Chiang Kai-shek por el hecho de que se realizaran negociaciones. El camarada Mao Tse-tung y sus compañeros llegaron a Chungching el 28 de agosto y sostuvieron negociaciones con el Kuomintang durante 43 días. Aunque las negociaciones no dieron más resultado que la publicación del "Resumen de las negociaciones entre los delegados del Kuomintang y del Partido Comunista de China" (conocido también con el nombre de Acuerdo del 10 de Octubre), fueron, sin embargo, un éxito, porque políticamente permitieron al Partido Comunista de China ganar en gran medida la iniciativa y colocaron al Kuomintang en una posición pasiva. El camarada Mao Tse-tung regresó a Yenán el II de octubre. Los camaradas Chou En-lai y Wang Yuo-fei permanecieron en Chungching a fin de proseguir las negociaciones. En cuanto a los resultados, véase el presente tomo, págs. 51-62, "Sobre las negociaciones de Chungching".
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el Nuevo 4� Cuerpo de Ejército ha ocupado muchas capitales de distrito situadas entre Nankín, el lago Taiju y las montañas Tienmu y entre los ríos Yangtsé y Juai; nuestras fuerzas en Shantung se han apoderado de toda la península de Chiaotung; nuestras fuerzas de la región fronteriza de Shansí-Suiyuán han tomado muchas ciudades al Norte y al Sur del ferrocarril Peiping-Suiyuán: todo esto ha creado una situación en extremo favorable. Después de otro período de ofensivas; nuestro Partido podrá controlar la casi totalidad de las zonas al Norte del curso inferior del río Yangtsé y al Norte del río Juai, la casi totalidad del territorio de las provincias de Shantung, Jopei, Shansí y Suiyuán, las provincias enteras de Yejé y Chajar y parte de la provincia de Liaoning.
   
En la actualidad, la Unión Soviética, Estados Unidos e Inglaterra desaprueban una guerra civil en China[1]; al mismo tiempo, nuestro Partido ha lanzado las tres consignas cardinales de paz, democracia y unidad[2] y enviará a Chungching a los camaradas Mao Tse-tung, Chou En-lai y Wang Yuo-fei para discutir con Chiang Kai-shek los problemas fundamentales de la unidad y de la construcción nacional; de este modo es posible que queden desbaratadas las maquinaciones de los reaccionarios chinos para desatar una guerra civil. El Kuomintang ha fortalecido su posición luego de ocupar Shanghai, Nankín y otros lugares, de restablecer las comunicaciones marítimas, de tomar posesión de las armas del enemigo y de incorporar las tropas títere a sus propias fuerzas. Sin embargo, sigue cubierto de mil heridas y llagas, desgarrado por innumerables contradicciones internas
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y acosado por grandes dificultades. Es posible que, bajo la presión interna y externa, el Kuomintang reconozca condicionalmente el status de nuestro Partido después de las negociaciones, y que nuestro Partido también reconozca condicionalmente el status del Kuomintang, lo que abriría una nueva etapa de cooperación entre ambos (más la Liga Democrática[3] y otros partidos) y de desarrollo pacífico. Si se produce esta situación, nuestro Partido deberá esforzarse por dominar todos los métodos de la lucha legal e intensificar en las regiones del Kuomintang su trabajo en los tres sectores principales: las ciudades, las aldeas y el ejército (los tres son puntos débiles de nuestro trabajo en esas regiones). Durante las negociaciones, el Kuomintang exigirá sin duda que reduzcamos considerablemente la extensión de las regiones liberadas y los efectivos del Ejército de Liberación y que suspendamos la emisión de papel moneda. Por nuestra parte, estamos dispuestos a hacer las concesiones que sean necesarias y que no perjudiquen los intereses fundamentales del pueblo. Sin tales concesiones no podríamos desbaratar las maquinaciones del Kuomintang para desatar una guerra civil, ni conquistar la iniciativa política, ni granjeamos la simpatía de la opinión pública mundial y de los elementos intermedios en el país, ni conseguir la legalidad para nuestro Partido y una situación de paz. Pero hay un límite para las concesiones; el principio debe ser que no perjudiquen los intereses fundamentales del pueblo.
   
Después que nuestro Partido haya dado dichos pasos, si el Kuomintang desata, a pesar de todo, la guerra civil, aparecerá carente de
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razón ante los ojos de toda la nación y del mundo entero, y nuestro Partido quedará justificado para librar una guerra en defensa propia a fin de aplastar los ataques del Kuomintang. Más aún, nuestro Partido es poderoso, y si el enemigo nos ataca y las condiciones son favorables para golpear, nuestro Partido actuará indudablemente en defensa propia para liquidarlo resuelta, definitiva, cabal y totalmente (no se debe golpear con ligereza, hay que golpear con la seguridad de vencer). De ningún modo debemos dejamos intimidar por el furor de los reaccionarios. Sin embargo, en todo momento es menester atenemos rigurosamente a los siguientes principios sin olvidarlos jamás: unidad y lucha, unidad mediante la lucha; luchar con razón, con ventaja y sin sobrepasarse; utilizar las contradicciones, conquistar a la mayoría, combatir a la minoría y aplastar a los enemigos uno por uno[4].
   
En las provincias de Kuangtung, Junán, Jupei y Jonán, las fuerzas de nuestro Partido se encuentran en situación más difícil que en el Norte de China o en la zona comprendida entre los ríos Yangtsé y Juai. El Comité Central siente profunda preocupación por los camaradas que trabajan en dichas provincias. Pero el Kuomintang tiene muchos puntos vulnerables y sus regiones son extensas; nuestros camaradas serán plenamente capaces de hacer frente a la situación siempre que no cometan errores graves en la política militar (en sus actividades y operaciones) y en la política de unirse con el pueblo, y que sean modestos y prudentes y no engreídos ni precipitados. Además de recibir las directivas necesarias del Comité Central, ustedes, los camaradas de esas regiones, deben, por su propia cuenta, analizar la situación, resolver sus problemas, vencer las dificultades, mantenerse y ampliar sus fuerzas. Cuando el Kuomintang sea incapaz de hacer nada contra ustedes, podrá ser forzado, en las negociaciones entre los dos partidos, a reconocer las fuerzas de ustedes y aceptar arreglos ventajosos para ambas partes. Pero no deben contar de ninguna manera con las negociaciones, ni esperar ninguna benevolencia del Kuomintang, porque éste jamás será benévolo. Ustedes tienen que confiar en su propia fuerza, en la justa conducción de sus actividades, en la unidad fraternal dentro del Partido y en las buenas relaciones con el pueblo. Apoyarse firmemente en el pueblo, ésa es la salida.
   
En resumen, nuestro Partido se encuentra ante muchas dificultades que no hay que descuidar, y todos los miembros del Partido deben estar bien preparados moralmente. Pero la tendencia general de la situación internacional e interior es favorable al Partido y al pueblo.
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Siempre que todo el Partido permanezca estrechamente unido, venceremos paso a paso todas las dificultades.
   
[Nota -- En el texto impreso, la siguiente nota del editor empieza al pie de la página que sigue. -- DJR]
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pág. 49
[1]
Alrededor de la fecha de rendición japonesa, la Unión Soviética, Estados Unidos e Inglaterra manifestaron todos su desaprobación de una guerra civil en China. Sin embargo, los acontecimientos pronto demostraron que la declaración de los EE.UU. sobre su pretendida desaprobación no era más que una pantalla para ayudar activamente al gobierno reaccionario del Kuomintang a preparar la guerra civil contrarrevolucionaria.
[pág. 46]
[2]
Las tres consignas cardinales de paz, democracia y unidad fueron lanzadas el 25 de agosto de 1945 por el Comité Central del Partido Comunista de China en su "Declaración sobre la situación actual". La Declaración señalaba que, después de la rendición del imperialismo japonés, "la tarea importante que tiene toda la nación es consolidar la unidad en el país, asegurar la paz interior, establecer la democracia y mejorar la vida del pueblo, a fin de realizar la unificación nacional y construir una nueva China, independiente y libre, próspera y poderosa, sobre la base de la paz, la democracia y la unidad".
[pág. 46]
[3]
La Liga Democrática se fundó en 1941 con el nombre de Liga de Grupos Políticos Democráticos de China. En 1944 se reorganizó con el nombre de Liga Democrática de China.
[pág. 47]
[4]
Véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II, "Problemas tácticos actuales en el frente único antijaponés" y "A propósito de nuestra política".
[pág. 48]
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