Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 365
18 de febrero de 1949
    "Después del término de la Guerra de Resistencia, el Gobierno, guiándose por la política de paz y construcción nacional, se esforzó por resolver pacíficamente el problema del Partido Comunista de China. Pero, en el lapso de un año y medio, el Partido Comunista de China rompió todos los acuerdos y, por tanto, debe cargar con la responsabilidad de haber quebrantado la paz. No obstante, ha presentado ahora una lista de los llamados criminales de guerra, que incluye a todos los dirigentes del Gobierno, e incluso ha exigido que el Gobierno comience por arrestarlos; esto demuestra claramente lo insolente e insensato que es el Partido Comunista de China. Si el Partido Comunista no modifica tal actitud, resultará realmente difícil encontrar un camino para las negociaciones de paz."
He aquí toda la argumentación sobre la cuestión de la responsabilidad de la guerra que se expuso en la "Directiva especial sobre la propaganda", dada el 13 de febrero de 1949 por el Departamento de Propaganda del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang.
    El autor de esta argumentación no es nadie más que el criminal de guerra N.� 1, Chiang Kai-shek. En su declaración de Año Nuevo decía:
    "Como fervoroso adepto de los Tres Principios del Pueblo y depositario de las enseñanzas del Padre de la República, no deseaba por mi parte hacer suceder a la guerra contra el Japón campañas para el exterminio de los bandidos y agravar así los sufrimientos del pueblo. He aquí por qué, tan pronto como llegó
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    El 25 de diciembre de 1948, siete días antes que Chiang Kai-shek hiciera esta declaración, una persona autorizada del Partido Comunista de China dio a conocer una lista de 43 criminales de guerra, a cuya cabeza brillaba el nombre de Chiang Kai-shek. Los criminales de guerra, que quieren a la vez solicitar la paz y eludir su propia responsabilidad, no tienen otra alternativa que descargar ésta sobre el Partido Comunista. Pero éstas son dos cosas incompatibles. Si el Partido Comunista debe cargar con la responsabilidad de haber desencadenado la guerra, hay que castigarlo. Si los comunistas son "bandidos", hay que "exterminar a los bandidos". Si "se lanzaron a una rebelión armada general", hay que "sofocar la rebelión". Siendo medidas ciento por ciento justas el "exterminio de los bandidos" y la "sofocación de la rebelión", ¿por qué renunciar a ellas? ¿Por qué el término "bandidos comunistas" ha sido reemplazado, a partir del 1� de enero de 1949, por "Partido Comunista" en todos los documentos públicos del Kuomintang?
    Sun Fo, sintiendo que algo estaba fuera de lugar, presentó una argumentación diferente acerca de la responsabilidad de la guerra, en un discurso transmitido por radio la noche del mismo día en que Chiang Kai-shek hizo su declaración de Año Nuevo. Decía:
    "Recordamos que en el período que sucedió inmediatamente a la victoria en la Guerra de Resistencia hace tres años, como el pueblo necesitaba recobrar sus fuerzas y el país proceder activamente a la construcción, y como los diversos partidos aún tenían una comprensión común de estas necesidades, reunimos a representantes de los diversos sectores y a personalidades públicas para una Conferencia Consultiva Política. Tras tres semanas de esfuerzos y, especialmente, gracias a la benévola mediación del
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Sr. Marshall, enviado especial del Presidente Truman, convinimos en un programa de paz y construcción nacional, así como en los proyectos concretos para el arreglo de nuestras disputas. Si entonces hubiéramos hecho realidad a tiempo todos estos proyectos, ¡qué próspera sería hoy China, y qué feliz su pueblo! Desgraciadamente, en aquel entonces ninguno de los sectores interesados renunció por entero a sus intereses egoístas, ni tampoco realizó todo el pueblo los mayores esfuerzos por acelerar el éxito del movimiento en favor de la paz; de ahí otra vez el desastre de la guerra, que ha sumido al pueblo en la miseria y el sufrimiento."
   
Sun Fo es un poquito más "justo" que Chiang Kai-shek. Vean ustedes, no achaca como Chiang Kai-shek toda la responsabilidad de la guerra al Partido Comunista, sino que la divide por igual entre los "sectores interesados" adoptando el método de "igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra"[1]. Aquí quedan comprometidos el Kuomintang, el Partido Comunista, la Liga Democrática y las personalidades públicas. Y eso no es todo; también queda comprometido "todo el pueblo"; no puede eludir la responsabilidad ni uno solo de nuestros 475 millones de compatriotas. Mientras que Chiang Kai-shek fustiga sólo al Partido Comunista, Sun Fo fustiga a todos los partidos, a todas las personas sin partido, a cada uno de nuestros compatriotas. Hasta a Chiang Kai-shek, y quizás hasta al mismo Sun Fo, les tocará una paliza. Aquí se ve a dos kuomintanistas en pugna abierta entre sí: Sun Fo y Chiang Kai-shek.
   
Un tercer kuomintanista se ha hecho presente para decir: No, a mi juicio, la responsabilidad debe recaer enteramente sobre el Kuomintang. Este hombre se llama Li Tsung-yen. el 22 de enero de 1949, Li Tsung-yen hizo una declaración en calidad de "presidente interino de la República". Con respecto a la responsabilidad de la guerra, manifestaba:
   
"Los tres años de guerra civil que siguieron a los ocho años de Guerra de Resistencia, no sólo han destruido por completo las últimas esperanzas de recuperación que alimentaba el país después de la victoria en la Guerra de Resistencia, sino que también han sembrado la ruina por doquier al Norte y al Sur del río Amarillo, devastando innumerables haciendas y casas, matando e hiriendo a millares de millares de inocentes, dispersando incontables familias por todo el país y arrancando por todas partes lágrimas a los que sufren hambre y frío. Una terrible hecatombe seme-
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Aquí Li Tsung-yen hace una declaración sin citar ningún nombre; no echa la responsabilidad ni sobre el Kuomintang, ni sobre el Partido Comunista, ni sobre ningún otro partido o grupo. Sin embargo, ha expuesto un hecho: esta "terrible hecatombe" no ha ocurrido en otra parte sino "al Norte y al Sur del río Amarillo". Cabe preguntar quién provocó esta "terrible hecatombe" en la región situada al Sur del río Amarillo, hasta el río Yangtsé, y al Norte, hasta el río Sungari. ¿Es posible que la hayan provocado el pueblo y el ejército popular en esa región luchando contra sí mismos? Como Li Tsung-yen fue en otro tiempo jefe del Cuartel General del Generalísimo en Peiping y como las tropas de su camarilla de Kuangsí combatieron una vez, junto con las tropas de Chiang Kai-shek, hasta en la región de los montes Yishan y Mengshan, provincia de Shantung[2], debe disponer de información fidedigna acerca de dónde y cómo tuvo lugar esta "hecatombe". Si no se puede decir nada de bueno acerca de Li Tsung-yen, por lo menos hay que considerar como algo bueno que haya hecho aquí una confesión honrada. Más aún, en vez de hablar de "sofocar la rebelión" o "exterminar a los bandidos", llama a esta guerra "guerra civil", y esto puede ser considerado como algo bastante original de parte del Kuomintang.
   
Según su propia lógica, Li Tsung-yen manifestaba en la misma declaración que "el Gobierno está dispuesto a iniciar de inmediato las negociaciones sobre las ocho condiciones formuladas por el Partido Comunista de China". Li Tsung-yen sabe que la primera de las ocho condiciones es el castigo de los criminales de guerra y que en la lista figura también su honorable nombre. Que se debe castigar a los criminales de guerra es una conclusión lógica de la "hecatombe". Por esta razón, los recalcitrantes del Kuomintang hoy aún mascullan sus quejas contra Li Tsung-yen, diciendo que "las ocho condiciones planteadas por Mao Tse-tung en su declaración del 14 de enero significan la ruina de la nación, y el Gobierno no debía haberlas aceptado".
   
Hay razones por las cuales los recalcitrantes sólo pueden mascullar quejas y no se atreven a hablar abiertamente. Antes que Chiang Kai-shek "se retirara", los recalcitrantes habían pensado refutar nuestras ocho condiciones, pero Chiang Kai-shek, al meditarlo por segunda vez, decidió no hacerlo así, probablemente porque consideró que no quedaría ninguna salida si las refutaban; tal era el
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estado de cosas el 19 de enero. Esa mañana, Chang Chün-mai[3], a su regreso a Shanghai desde Nankín, anunció que "es posible que el Gobierno haga pronto otra declaración en respuesta a las ocho condiciones planteadas por el Partido Comunista de China", sobre lo cual la Agencia Central de Noticias despachó esa misma tarde un mensaje de servicio en el que decía:
"Añádase la siguiente nota al despacho que acaba de llegar de Shanghai sobre la declaración de Chang Chün-mai. Con respecto a su afirmación de que el Gobierno haría pronto otra declaración, un corresponsal de la Agencia Central de Noticias acaba de enterarse, en los círculos interesados, de que el Gobierno no tiene semejante intención."
En su declaración del 21 de enero, en la que hablaba de "retirarse" Chiang Kai-shek no dijo ni una sola palabra de crítica a las ocho condiciones; incluso revocó sus propias cinco condiciones, substituyéndolas por estas palabras: "lograr una paz fundada en el principio de que sean mantenidas la integridad territorial y la soberanía, protegidos de destrucción la cultura histórica y el orden social y garantizadas la subsistencia del pueblo y sus libertades". Ya no osó presentar cuestiones como la Constitución, el orden legal y las fuerzas armadas. He aquí por qué Li Tsung-yen se atrevió a aceptar el 22 de enero las ocho condiciones del Partido Comunista de China como base para las negociaciones y por qué los recalcitrantes del Kuomintang no se atrevieron a refutarlas abiertamente, sino que sólo pudieron mascullar que "el Gobierno no debía haberlas aceptado".
   
¿Se ha atenido consecuentemente Sun Fo a su política de "igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra"? No. Después de haber "trasladado el Gobierno a Cantón" el 5 de febrero de 1949, pronunció el 7 del mismo mes un discurso en el que, refiriéndose a la responsabilidad de la guerra, decía:
   
"En los últimos seis meses, la extensión del desastre de la guerra ha provocado serios cambios en la situación y ha infligido incontables sufrimientos al pueblo. Todo esto tiene su origen en los errores, fracasos y absurdos del pasado; la gravedad de la situación actual es la consecuencia. Estamos todos convencidos de que China necesita los Tres Principios del Pueblo. Mientras no se lleven a la práctica los Tres Principios del Pueblo, no se podrán resolver jamás los problemas de China. Recordemos que hace veinte años el jefe de nuestro partido nos legó personalmente
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Nótese que aquí el presidente del Yuan Ejecutivo del gobierno kuomintanista no prorratea por igual la responsabilidad de la guerra entre los diversos partidos y entre todos nuestros compatriotas, sino que la hace recaer sobre el mismo Kuomintang. La gente se siente extremadamente complacida al ver que Sun Fo aplica todos los palos a las asentaderas del Kuomintang. ¿Y con respecto al Partido Comunista? El presidente Sun decía:
   
"Podemos constatar que el Partido Comunista de China ha sido capaz de seducir y alucinar al pueblo por la mera razón de que ha reclamado el igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra, que forma parte de uno de los Tres Principios del Pueblo, el Principio de la Vida del Pueblo. Debemos sentimos profundamente avergonzados, redoblar nuestra vigilancia y hacer un nuevo examen crítico de nuestros errores pasados."
¡Gracias, querido presidente! Si el Partido Comunista es acusado todavía del crimen de "seducir y alucinar al pueblo", por lo menos es inocente de otros crímenes monstruosos y por tanto se lo exime del apaleo y se lo deja marchar, con la cabeza y las asentaderas ilesas.
   
El presidente Sun es amable no sólo por esta razón. En el mismo discurso decía:
"La extensión actual de la influencia comunista se explica porque no han sido puestos en práctica los principios que profesamos. El mayor error cometido por nuestro partido en el pasado consistía en que ciertos miembros rendían culto en exceso a la fuerza y se disputaban el poder, dando así al enemigo la oportunidad de sembrar la disensión en nuestras filas. el término de la Guerra de Resistencia de ocho años debía haber sido la ocasión, única en mil años, de realizar la unificación pacífica del país; el Gobierno tenía por ese entonces un plan para resolver por medios políticos las disputas internas del país, pero desgraciadamente el plan no fue ejecutado. Después de años de guerra y caos, el pueblo necesitaba con urgencia recobrar sus fuerzas. La reanudación del conflicto armado hizo imposible la vida para el pueblo y le acarreó grandes sufrimientos, lo que a su vez provocó el descenso en la moral de las tropas y originó repetidos reveses
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militares. Por deferencia a los sentimientos del pueblo y en vista de que los medios militares no habían logrado resolver el problema, el Presidente Chiang Kai-shek hizo público un mensaje de Año Nuevo en favor de la paz."
¡Bien! Sin haber sido arrestado ni apaleado, el criminal de guerra Sun Fo ha hecho aquí voluntariamente una confesión franca y veraz. ¿Quién fue el que rindió culto a la fuerza, desencadenó la guerra y solicitó la paz sólo después que los medios militares no habían logrado resolver el problema? el mismo Kuomintang, el mismo Chiang Kai-shek. el presidente Sun seleccionó con justeza sus palabras cuando dijo que "ciertos miembros" de su partido rendían culto en exceso a la fuerza. Esto concuerda con la exigencia del Partido Comunista de China de castigar y calificar de criminales de guerra sólo a cierto número de los miembros del Kuomintang, pero no a un número mayor, y aún menos a su totalidad.
   
A propósito del número, no hay controversia entre Sun Fo y nosotros. Diferimos de él en la conclusión a deducir. Sostenemos que "ciertos miembros" del Kuomintang deben ser castigados como criminales de guerra, porque "rendían culto a la fuerza" y provocaron "la reanudación del conflicto armado", que "hizo imposible la vida para el pueblo". Pero Sun Fo no está de acuerdo. Decía:
   
"Al demorar el nombramiento de su delegación y dilatar sin fin las cosas, el Partido Comunista ha mostrado que también rinde culto a la fuerza y que se considera ahora del todo en sazón de conquistar al país entero mediante la fuerza; por tanto, se niega a comenzar por el cese de las hostilidades. Sus móviles están bien a las claras. Quisiera declarar con toda solemnidad que, a fin de obtener una paz eterna, deben efectuarse negociaciones entre ambas partes en pie de igualdad y que las condiciones deben ser justas, razonables y aceptables para todo el pueblo."
A juzgar por ello, el presidente Sun ya no es tan amable. Seguramente cree que el castigo de los criminales de guerra no es una condición justa y razonable. Sobre la cuestión de los criminales de guerra, sus palabras revelan una actitud similar a la que se expresa en la "Directiva especial sobre la propaganda", dada el 13 de febrero por el Departamento de Propaganda del Kuomintang; él también se limita a mascullar y no se atreve a objetar abiertamente. Difiere netamente de Li Tsung-yen, quien se atreve a aceptar el castigo de los criminales de guerra como una de las condiciones básicas para las negociaciones.
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Pero el presidente Sun aún tiene algo de amable: según él, el Partido Comunista "también rinde culto a la fuerza" porque "demora el nombramiento de su delegación" y "se niega a comenzar por el cese de las hostilidades", pero este partido difiere del Kuomintang que, rindiendo culto a la fuerza, desencadenó ya en 1946 una guerra de extrema crueldad. Ahora bien, el Partido Comunista ha "demorado el nombramiento de su delegación", porque es asunto importante confeccionar una lista de criminales de guerra; ella debe ser "aceptable para todo el pueblo", y una lista demasiado larga o demasiado corta no correspondería a la realidad y sería inaceptable para "todo el pueblo" (en cuyas filas no se incluye a los criminales de guerra y sus cómplices). Es preciso por ello consultar a los partidos democráticos y organizaciones populares, lo que ha ocasionado una cierta "dilación" y nos ha impedido nombrar con prontitud a nuestros delegados, para el desagrado de Sun Fo y sus cofrades. Pero de esto no se puede saltar a la conclusión de que el Partido Comunista "también rinde culto a la fuerza". Es probable que dentro de poco se publique la lista de criminales de guerra, se nombre a nuestros delegados y se inicien las negociaciones, y entonces el presidente Sun no podrá decir que nosotros "rendimos culto a la fuerza".
   
En cuanto a "la negativa a comenzar por el cese de las hostilidades", ésta es una justa actitud que adoptamos en obediencia al mensaje de Año Nuevo del Presidente Chiang. En dicho mensaje el Presidente Chiang decía:
   
"Tan pronto como el Partido Comunista tenga un deseo sincero de paz y dé pruebas precisas de esto, el Gobierno le responderá con toda sinceridad y estará dispuesto a discutir medidas concretas para poner término a las hostilidades y restablecer la paz."
El Yuan Ejecutivo de Sun Fo aprobó el 19 de enero una resolución en la que, por oposición al mensaje de Chiang Kai-shek, expresaba su deseo "de proceder primero . . . a un cese inmediato e incondicional de las hostilidades, y de ver luego que ambas partes designen sus delegados para entablar negociaciones de paz". El 21 de enero, un vocero del Partido Comunista de China criticó severamente esta resolución absurda[4]. Pero, contra nuestra expectativa, el presidente del Yuan Ejecutivo puso oídos sordos a la crítica, y el 7 de febrero volvió a declarar disparatadamente que el Partido Comunista, al "negarse a comenzar por el cese de las hostilidades", daba pruebas
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de que "también rinde culto a la fuerza". Hasta un criminal de guerra como Chiang Kai-shek sabe que sin negociaciones es imposible poner fin a las hostilidades y restablecer la paz; sobre este punto, Sun Fo está muy a la zaga de Chiang Kai-shek.
   
Como es sabido, si Sun Fo figura entre los criminales de guerra, es porque ha apoyado siempre a Chiang Kai-shek en el desencadenamiento y la prosecución de la guerra. El 22 de junio de 1947 todavía decía que "se logrará tarde o temprano un arreglo, a condición de que en el terreno militar combatamos hasta el fin" y que "en la actualidad no se puede ni hablar de negociaciones de paz. El Gobierno Nacional debe aplastar al Partido Comunista; si no, será el Partido Comunista el que lo derrocará"[5]. Sun Fo mismo es uno de los "ciertos miembros" del Kuomintang que rendían culto a la fuerza. Pero ahora hace acusaciones irresponsables y gratuitas desde la orilla, como si él mismo nunca hubiera rendido culto a la fuerza y no tuviera ninguna responsabilidad por la no aplicación de los Tres Principios del Pueblo. Esto no es honradez. Ya sea procesado de acuerdo con la ley del Estado o juzgado de conformidad con la disciplina del Kuomintang, Sun Fo no puede escapar de la paliza que merece.
jante no tiene paralelo en la historia de las guerras civiles de nuestro país."
los Tres Principios del Pueblo, con la esperanza de que fueran puestos en práctica gradualmente. Si se hubieran llevado a la práctica, la situación nunca habría Llegado a ser tan irreparable como lo es hoy."
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Apuntes sobre |
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[1]
Una famosa consigna de Sun Yat-sen. (Véase Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II, "Sobre la nueva democracia", sec. 6.) Aquí se utiliza como un retruécano para ridiculizar a Sun Fo.
[pág. 367]
[2]
A esta región la atacó entonces el 46� cuerpo de ejército de la camarilla de Kuangsí conjuntamente con las tropas de Chiang Kai-shek. Dicho cuerpo de ejército, trasladado por mar de la isla de Jainán a Chingtao en octubre de 1946, fue completamente aniquilado en febrero de 1947 en la zona de Laiwu, provincia de Shantung.
[pág. 368]
[3]
Politicastro reaccionario, cabecilla del pequeño y reaccionario Partido Demócrata-Socialista. Véanse el presente tomo, pág. 127, "Saludemos el nuevo ascenso de la revolución china", nota 9, y Obras Escogidas de Mao Tse-tung, t. II; "Sobre la nueva democracia", nota 9.
[pág. 369]
[4]
Véase el presente tomo, págs. 333-335, "Comentario del vocero del Partido Comunista de China sobre la resolución del Yuan Ejecutivo de Nankín".
[pág. 372]
[5]
Se refiere a las observaciones hechas el 22 de junio de 1947 por Sun Fo, entonces vicepresidente del gobierno del Kuomintang, cuando recibió en Nankín a corresponsales de la Associated Press, el Diario Central del Kuomintang y el periódico Sinmin Pao.
[pág. 373]
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