Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1972
(2a impresión 1972)
pág. 131
1.� de octubre de 1943
   
1. Ha llegado la época de la cosecha de otoño, y los órganos dirigentes de las bases de apoyo deben encomendar a los organismos del Partido y del gobierno a todos los niveles que verifiquen la aplicación de la política de reducción de los arriendos. Dondequiera que no haya sido aplicada con seriedad, deben reducirse este año los arriendos sin ninguna excepción. Allí donde no haya sido aplicada a fondo, hay que aplicarla así en el presente año. Los comités del Partido han de emitir inmediatamente instrucciones de acuerdo con la política agraria del Comité Central y las condiciones locales, y asimismo inspeccionar personalmente algunas aldeas y descubrir casos ejemplares con el fin de impulsar el trabajo en otros lugares. Al mismo tiempo, los periódicos deben publicar editoriales sobre la reducción de los arriendos e informar acerca de las experiencias ejemplares en este terreno. Como la reducción de los arriendos es una lucha de masas de los campesinos, las instrucciones del Partido y los decretos del gobierno deben servir de guía y ayuda a esta lucha, y no hay que plantear la reducción como un favor que se concede a las masas. Conceder la reducción de los arriendos como un favor en vez de despertar la iniciativa de las masas, es un error y no puede dar resultados sólidos. En la lucha por la reducción de los arriendos es preciso crear organizaciones campesinas o reconstituir las existentes.
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La posición del gobierno debe ser aplicar el decreto sobre la reducción de los arriendos y tener en cuenta tanto los intereses de los propietarios como los de los arrendatarios. Hoy, cuando las bases dé apoyo son menos extensas que antes, la tarea de nuestro Partido de ganarse a las masas de esas bases mediante un trabajo paciente, concienzudo y cabal y compartir con ellas la misma suerte, tiene un significado más apremiante que en cualquier otro momento de los últimos seis años. Si en este otoño llegamos a verificar en qué medida se ha aplicado nuestra política de reducción de los arriendos y realizarnos a fondo esta reducción, podremos poner en pleno juego el entusiasmo de las masas campesinas y, durante el próximo año, estaremos en condiciones de intensificar nuestra lucha contra el enemigo y empujar la campaña por la producción.
   
2. En las bases de apoyo tras las líneas enemigas, la mayoría de los cuadros no han aprendido todavía a impulsar al personal de los organismos del Partido y del gobierno, a los miembros del ejército y a las masas populares (comprendidos, sin excepción, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, militares y civiles, funcionarios y particulares), para que emprendan la producción en gran escala. Durante este otoño y el invierno que viene, en todas las bases de apoyo, los comités del Partido, el gobierno y el ejército deben prepararse para iniciar el próximo año una amplia campaña por la producción, que tiene por objeto superar las dificultades mediante los propios esfuerzos (por el momento, no debe plantearse la consigna de "Ropa y alimentos suficientes", excepto en la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia), una campaña que abarque los sectores público y privado de la agricultura, la industria, la artesanía, el transporte, la ganadería y el comercio, con la agricultura como lo principal. Hay que hacer que cada familia elabore su plan, organizar la ayuda mutua en él trabajo (conocida hoy como brigadas de intercambio de trabajo[1] en el Norte de Shensí y anteriormente como equipos de labranza o grupos de ayuda mutua en el trabajo en las antiguas zonas rojas de Chiangsí), estimular a los héroes del trabajo, poner en práctica la emulación en la producción y desarrollar las cooperativas destinadas a servir a las masas. En cuanto al problema financiero y económico, el personal de los organismos del Partido y del gobierno a los niveles de distrito y territorio debe dedicar el 90 por ciento de su energía a ayudar a los campesinos en el aumento de la producción y sólo el lo a cobrarles los impuestos. Si se hacen grandes esfuerzos en la primera tarea, la
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segunda será fácil. En las actuales condiciones de la guerra, todas las entidades oficiales, escuelas y unidades del ejército deben dedicarse activamente a cultivar verduras, criar cerdos, cortar leña, hacer carbón vegetal, incrementar la artesanía y cultivar parte de los cereales de su consumo. Aparte de desarrollar la producción colectiva en todas las entidades, grandes o pequeñas, hay que estimular a cada uno (excepto los que están en el ejército) a que se dedique en sus ratos libres a alguna actividad agrícola o artesana (pero de ninguna manera al comercio), y los beneficios derivados de esta actividad serán de usufructo individual. En todos los lugares, se organizarán cursillos de siete a diez días sobre el cultivo de verduras y la crianza de cerdos y se darán a los cocineros cursillos de la misma duración a fin de que mejoren la alimentación colectiva. En todos los organismos del Partido, del gobierno y del ejército hay que hacer hincapié en la economía, luchar contra el despilfarro y prohibir la corrupción. Los dirigentes de esos organismos a todos los niveles, así como los de las escuelas, deben aprender todo el arte de dirigir a las masas en la producción. Quien no se preocupe de estudiar los problemas de la producción no puede ser considerado como un buen dirigente. A un militar o civil que no se ocupe de la producción y que le guste comer pero no trabajar, no es posible considerarlo como un buen soldado o un buen ciudadano. Los comunistas de las zonas rurales que no estén apartados de la producción, deben tomar como una de las condiciones para llegar a ser modelo entre las masas su contribución al desarrollo de la producción. En la campaña por la producción, es erróneo el punto de vista conservador y puramente financiero que sólo pretende hallar soluciones en la reducción de los gastos y no presta atención al desenvolvimiento económico. Es erróneo contentarse con encargar a un pequeño número de funcionarios de recoger cereales e impuestos, fondos y víveres, en lugar de organizar, para una campaña masiva por la producción, la enorme fuerza de trabajo que representan las masas del Partido, el gobierno y el ejército y las masas populares. Es erróneo limitarse a pedir a las masas grano y dinero (como hace el Kuomintang), sin ayudarles con todas las fuerzas a desarrollar la producción. Es erróneo dejar simplemente a unos cuantos departamentos económicos la tarea de organizar a un pequeño número de personas para la producción, en lugar de desplegar una campaña general de masas con tal fin. Es erróneo considerar deshonroso e inmoral que los comunistas de las zonas rurales realicen algún trabajo en casa
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para ayudar al mantenimiento de sus propias familias o que los comunistas de las entidades oficiales y escuelas se dediquen a la producción privada en los momentos libres a fin de mejorar sus condiciones de vida, actividades que redundan en beneficio de la causa revolucionaria. En las circunstancias en que existen bases de apoyo, es erróneo no hacer más que exhortar a la gente a que soporte las dificultades en la dura lucha, sin propugnar el desarrollo de la producción ni esforzarse por mejorar sus condiciones materiales, basándose en ese desarrollo. Es erróneo considerar las cooperativas corno empresas para el provecho de un reducido número de empleados o como almacenes administrados por el gobierno, y no como organizaciones económicas al servicio de las masas. Es erróneo negarse a aplicar en todas partes los métodos de trabajo ejemplares utilizados por los héroes del trabajo agrícola de la Región Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia (ayuda mutua en el trabajo, arada repetida, escarda frecuente y extenso uso de abonos), so pretexto de que estos métodos no son aplicables en ciertas bases de apoyo. Es erróneo descargar, en las campañas por la producción, las tareas de producción sobre los jefes de los departamentos de construcción económica, los de abastecimiento del ejército o los de servicios generales, en vez de hacer que los dirigentes principales asuman la responsabilidad y participen personalmente en el trabajo, que el núcleo dirigente se ligue con las amplias masas y se combine el llamamiento general con la orientación particular, que se realicen investigaciones y estudios, se dé prioridad a lo que es urgente e importante, que se hagan esfuerzos para incorporar a la producción a todo el mundo hombres y mujeres, viejos y jóvenes y hasta los vagabundos -- y que se formen cuadros y se eduque a las masas. En las condiciones presentes, la clave del desarrollo de la producción es la organización de la fuerza de trabajo. En cada una de las bases de apoyo, aun en las actuales circunstancias de la guerra, es posible y totalmente necesario organizar para la producción la fuerza de trabajo que representan las decenas de miles de miembros del Partido, el gobierno y el ejército, y los centenares de miles de integrantes del pueblo (organizar, según los principios de voluntariedad e intercambio de valores iguales, a todos aquellos que tengan capacidad total o parcial de trabajo, utilizando las siguientes formas: elaboración de planes por familia, brigadas de intercambio de trabajo, equipos de transporte, grupos de ayuda mutua, o cooperativas). Los comunistas deben dominar todos los principios y métodos de organización de la fuerza de
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trabajo. La aplicación general y completa en el presente año de la reducción de los arriendos en todas las bases de apoyo estimulará el desarrollo en gran escala de la producción del año que viene. Y la gran campaña por la producción que realizarán el próximo año el personal de los organismos del Partido y del gobierno, los militares y los civiles -- hombres y mujeres, viejos y jóvenes, todos sin excepción -- para incrementar el abastecimiento de cereales y artículos de primera necesidad y prepararse contra las calamidades naturales, echará los fundamentos materiales para el mantenimiento de nuestras bases de apoyo antijaponesas. De otro modo, enfrentaremos gravísimas dificultades.
   
3. Para que el Partido, el gobierno y el ejército formen un todo único con el pueblo, en interés del desarrollo de la lucha contra el enemigo y de la campaña por la producción del año venidero, los comités del Partido y los organismos dirigentes del ejército y del gobierno en cada base de apoyo deben prepararse todos, sin excepción, para iniciar durante el primer mes del preocuparse por las familias de los soldados. Las tropas deben reafirmar públicamente su compromiso de apoyar al gobierno y amar al pueblo, celebrar reuniones de autocrítica, organizar próximo año lunar una vasta campaña de masas de apoyar al gobierno y amar al pueblo y de apoyar al ejército y encuentros fraternales con la población (en los que participarán representantes de los organismos locales del Partido y del gobierno), e indemnizar y presentar excusas a las masas por todo perjuicio causado a sus intereses. Bajo la dirección de los organismos locales del Partido y del gobierno, así como de las organizaciones de masas, el pueblo, a su vez, reiterará su compromiso de apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los soldados e iniciará una entusiasta campaña para fraternizar con las unidades del ejército. En las campañas de apoyar al gobierno y amar al pueblo y de apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los soldados, las unidades del ejército y los organismos del Partido y del gobierno deben examinar a fondo sus propios defectos y errores cometidos en 1943, y corregirlos resueltamente en 1944. De ahora en adelante, durante el primer mes de cada año lunar, se desarrollará en todas las bases de apoyo este tipo de campañas. En ellas, se procederá a leer una y otra vez los compromisos de apoyar al gobierno y amar al pueblo, y de apoyar al ejército y preocuparse por las familias de los soldados, y se efectuarán repetidas autocríticas ante las masas por toda arbitrariedad que hayan cometido las tropas
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en las bases de apoyo contra los organismos del Partido, del gobierno o contra la población, y por las insuficiencias en la atención de todos éstos hacia las tropas (cada parte se criticará a sí misma y no a la otra), para que estos defectos y errores se enmienden definitivamente.
   
* Instrucciones internas del Partido Comunista de China, redactadas por el camarada Mao Tse-tung en nombre del Comité Central.
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