Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
pág. 457
julio de 1940
    Pocos días separan el III aniversario del estallido de la Guerra de Resistencia contra el Japón y el XIX aniversario de la fundación del Partido Comunista de China. Al celebrar hoy el aniversario de la Guerra de Resistencia, los comunistas sentimos nuestra responsabilidad con especial agudeza. Luchar por la supervivencia de la nación china es una responsabilidad que incumbe a todos los partidos y grupos políticos antijaponeses y al pueblo entero, pero los comunistas estimamos que sobre nosotros recae una responsabilidad aún mayor. El Comité Central de nuestro Partido ha publicado un manifiesto a propósito de la situación actual, el cual, en esencia, constituye un llamamiento a la resistencia y la unidad hasta el fin. Esperamos que este manifiesto recibirá la aprobación de los partidos y ejércitos amigos y de todo el pueblo; los comunistas, en particular, deben llevar concienzudamente a la práctica la línea que en él se traza.
    Todos los comunistas deben comprender que sólo la resistencia hasta el fin permitirá mantener la unidad hasta el fin, y viceversa. Por consiguiente, deben dar el ejemplo tanto en la resistencia como en la unidad. No nos oponemos más que al enemigo y a los capituladores y anticomunistas contumaces; debemos esforzarnos seriamente por unirnos con todos los demás. En todas partes, los capituladores y anticomunistas contumaces son apenas una minoría. He hecho una investigación sobre la composición del personal de un gobierno local y he encontrado que, de las 1.300 personas que allí trabajan, sólo unas 40 ó 50, es decir, menos del g por ciento, son anticomunistas contumaces, mientras que todos los demás desean la unidad y la resistencia. Desde luego, no podemos tolerar a los capituladores y anticomunistas contumaces, porque tolerarlos significaría dejarles sabotear la resistencia y socavar la unidad; por lo tanto, tenemos que combatir con decisión a los capituladores y rechazar con firmeza, en defensa propia,
pág. 458
los ataques de los anticomunistas. No hacerlo sería oportunismo de derecha y acarrearía daño a la unidad y a la resistencia. Sin embargo, es preciso seguir una política de unidad en relación con todos aquellos que no sean capituladores ni anticomunistas contumaces. Algunos de ellos nadan entre dos aguas, otros actúan bajo coacción, y los terceros están por el momento equivocados; debemos ganarnos a toda esta gente para mantener la unidad y proseguir la resistencia. No hacerlo sería oportunismo de "izquierda" y también acarrearía daño a la unidad y a la resistencia. Todo comunista debe comprender que, habiendo promovido el frente único nacional antijaponés, tenemos la obligación de persistir en él. En vista de la profundización de la crisis nacional y de los enormes cambios que se operan en la situación mundial, tenemos que asumir la gravísima responsabilidad de salvar a la nación china. Hemos de vencer al imperialismo japonés y hacer de China una república independiente, libre y democrática; para ello nos hace falta unir al mayor número posible de personas, afiliadas o no a partidos o grupos políticos. A los comunistas no les está permitido establecer un frente único sin principios; por eso, hay que combatir toda maniobra encaminada a diluir, restringir, contener o reprimir al Partido Comunista, y, junto con ello, oponerse al oportunismo de derecha dentro del Partido. Pero, al mismo tiempo, los comunistas no pueden infringir la política de frente único del Partido y, por lo tanto, deben unirse, sobre el principio de resistencia, con cuantos estén dispuestos a resistir al Japón, y deben combatir el oportunismo de "izquierda" dentro del Partido.
    Así, en el problema del Poder, estamos por un Poder de frente único; no abogamos por la dictadura unipartidista del Partido Comunista, ni aprobamos la de ningún otro partido, sino que estamos por una dictadura conjunta de todos los partidos, grupos políticos, sectores sociales y ejércitos, por un Poder de frente único. A1 establecer órganos del Poder antijaponés en la retaguardia enemiga después de haber destruido el Poder del enemigo y sus títeres, los comunistas deben seguir el "sistema de los tres tercios", estipulado por el Comité Central de nuestro Partido, en el sentido de que los comunistas ocuparán sólo un tercio en el gobierno y en los cuerpos representativos populares, mientras que los restantes dos tercios serán ocupados por otras personas que estén en favor de la resistencia y la democracia, pertenezcan o no a partidos o grupos políticos. Puede participar en el trabajo del gobierno todo el que no sea capitulador ni anticomunista. Cualquier partido o grupo político que no esté en favor de la capitulación ni
pág. 459
sea anticomunista, tiene derecho a existir y actuar bajo el Poder antijaponés.
    Respecto a las fuerzas armadas, nuestro Partido ha hecho constar en su manifiesto que seguirá aplicando su decisión de "no crear organizaciones del Partido dentro de ningún ejército amigo". Las organizaciones locales del Partido que no la hayan observado estrictamente deben rectificar sin demora la situación. Hay que adoptar una actitud amistosa hacia todas las unidades militares que no provoquen "roces" armados con el VIII Ejército y el Nuevo 4.� Cuerpo de Ejército. Aun con las tropas que hayan provocado "roces" es preciso restablecer las relaciones amistosas cuando los suspendan. Esta es nuestra política de frente único en lo que se refiere a las fuerzas armadas.
    En otros terrenos, tales corno las finanzas, la economía, la cultura, la educación y el contraespionaje, es imperativo, en vista de las necesidades de la resistencia, seguir la política de frente único sobre la base del reajuste de los intereses de las diferentes clases, y combatir el oportunismo tanto de derecha como de "izquierda".
    En la arena internacional, la guerra imperialista se está extendiendo por el mundo entero, y el extremado agravamiento de la crisis política y económica que dicha guerra ha traído consigo conducirá inevitablemente al estallido de revoluciones en numerosos países. Vivimos en una nueva época de guerras y revoluciones. La Unión Soviética, que no se ha dejado arrastrar al torbellino de la guerra imperialista, ayuda a los pueblos y naciones oprimidos del mundo entero. Todas estas circunstancias son favorables para la Guerra de Resistencia de China. Pero, al mismo tiempo, el peligro de capitulación se ha hecho más grave que nunca, porque el imperialismo japonés está intensificando sus ataques a China en preparación de su agresión contra el Sudeste de Asia e, indudablemente, inducirá a la capitulación a algunos de los elementos vacilantes de nuestro país. El cuarto año de la Guerra de Resistencia será el más difícil. Nuestra tarea es unir a todas las fuerzas antijaponesas, combatir a los capituladores, vencer todas las dificultades y persistir en la resistencia en escala nacional. Los comunistas deben unirse con los partidos y ejércitos amigos para cumplir esta tarea. Estamos seguros de que, con los esfuerzos mancomunados de toda nuestra militancia, de los partidos y ejércitos amigos y del pueblo entero, lograremos conjurar la capitulación, vencer las dificultades, expulsar al invasor japonés y recobrar el territorio perdido. Nuestra Guerra de Resistencia tiene brillantes perspectivas.
From Marx to Mao |