Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 327
14 de enero de 1949
    Han pasado dos años y medio desde julio de 1946, momento en que el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín, con la ayuda de los imperialistas norteamericanos, violó la voluntad del pueblo, rompió el acuerdo de tregua y las resoluciones de la Conferencia Consultiva Política e inició la guerra civil contrarrevolucionaria en escala nacional. En estos das años y medio de guerra, el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín, en contra de la voluntad del pueblo; ha convocado una espuria Asamblea Nacional, promulgado una seudoconstitución, elegido un espurio presidente y dictado un seudodecreto sobre la llamada "movilización para sofocar la rebelión"; ha vendido en grande los derechos soberanos al Gobierno de los EE.UU. y recibido de éste préstamos que ascienden a millares de millones de dólares norteamericanos; ha invitado a la marina y fuerza aérea norteamericanas a ocupar el territorio de China, sus aguas jurisdiccionales y su espacio aéreo; ha firmado gran número de tratados de traición nacional con el Gobierno norteamericano y aceptado la participación del Grupo de Consejeros Militares de los EE.UU. en la guerra civil de China; ha obtenido del Gobierno norteamericano; para asesinar al pueblo chino, inmensas cantidades de aviones, tanques, piezas de artillería pesada y ligera, ametralladoras, fusiles, proyectiles, balas y otro material de guerra. A base de los principios de esta política interior y exterior, reaccionaria y entreguista, el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín ordenó a varios millones de soldados lanzar rabiosos ataques contra las regiones liberadas populares y el Ejército Popular de Liberación de China. Todas las regiones liberadas populares en el Este, las Planicies Cen-
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trales, el Norte, el Noroeste y el Nordeste de China fueron atropelladas, sin excepción, por las tropas del Kuomintang. Las principales ciudades de las regiones liberadas, como Yenán, Changchiakou; Juaiyin, Jetse, Taming, Linyi, Yentai, Chengte, Siping, Changchun, Chilin y Antung, fueron todas ocupadas en una u otra ocasión por dichas tropas bandidescas. Dondequiera que llegaran, asesinaban y violaban, incendiaban y saqueaban, sin detenerse ante ningún crimen. En las regiones bajo su dominación, el gobierno reaccionario kuomintanista de Nankín succiona hasta la última gota de sangre a las amplias masas populares -- obreros, campesinos, soldados, intelectuales y hombres de negocios -- abrumándolas con requisiciones de grano, impuestos y trabajos forzados para "sofocar la rebelión y exterminar a los bandidos". El reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín priva al pueblo de todas sus libertades; oprime a todos los partidos democráticos y organizaciones populares, despojándolos de su legalidad; reprime el justo movimiento de los estudiantes contra la guerra civil, el hambre y la persecución, contra la ingerencia norteamericana en los asuntos internos de China y contra el apoyo de los EE.UU. al renacimiento de las fuerzas agresoras japonesas; inunda el país con sus emisiones de papel moneda -- fapi y chinyuanchüan --, que arruinan la vida económica del pueblo y reducen a la quiebra a las amplias masas; por último, mediante toda clase de expoliaciones, concentra una parte colosal de la riqueza nacional en manos de los capitalistas burocráticos, encabezados por las cuatro grandes familias: Chiang, Soong, Kung y Chen. En suma, al hacer una guerra civil basada en los principios de su política interior y exterior, reaccionaria y entreguista, el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín ha sumergido a la nación entera en horrendos sufrimientos; no puede en absoluto eludir la responsabilidad con que debe cargar por entero. En contraste con el Kuomintang, el Partido Comunista de China hizo, después de la rendición del Japón, todo lo que pudo por exigir del gobierno kuomintanista que conjurara y detuviera la guerra civil y realizara la paz interior. Basándose en esta política, el Partido Comunista de China luchó perseverantemente y, con el apoyo de todo el pueblo, logró primero, en octubre de 1945, la firma del "Resumen de las negociaciones entre el Kuomintang y el Partido Comunista". Más tarde, en enero de 1946, firmó un acuerdo de tregua con el Kuomintang y, en cooperación con los partidos democráticos, lo obligó a aceptar las resoluciones comunes de la conferencia Consultiva Política. Desde ese momento, el Partido Comunista de China,
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junto con los partidos democráticos y las organizaciones populares, luchó por defender el acuerdo y las resoluciones. Pero, lamentablemente, el gobierno reaccionario del Kuomintang no mostró respeto a ninguna de nuestras acciones en defensa de la paz interior y los derechos democráticos del pueblo. Por el contrario, las consideró como muestras de debilidad e indignas de atención. El gobierno reaccionario del Kuomintang creía que el pueblo podía ser tratado con desprecio, que el acuerdo de tregua y las resoluciones de la Conferencia Consultiva Política podían ser hechos añicos a voluntad, que el Ejército Popular de Liberación no resistiría ni un solo golpe, que sus propias tropas, con varios millones de hombres, podrían hacer y deshacer a su antojo en todo el país y que la ayuda del Gobierno de los EE.UU. era inagotable. Por eso, el gobierno reaccionario del Kuomintang tuvo la audacia de violar la voluntad de todo el pueblo y desencadenar la guerra contrarrevolucionaria. En estas circunstancias, al Partido Comunista de China no le quedó ninguna otra alternativa que levantarse resueltamente contra la política reaccionaria del gobierno del Kuomintang y luchar en defensa de la independencia del país y de los derechos democráticos del pueblo. Desde julio de 1946, el heroico Ejército Popular de Liberación, bajo la dirección del Partido Comunista de China, ha rechazado los ataques de los 4.300.000 soldados del gobierno reaccionario del Kuomintang, pasado luego a la contraofensiva, recuperado todos los territorios perdidos de las regiones liberadas y liberado muchas grandes ciudades, como Shichiachuang, Luoyang, Chinán, Chengchou, Kaifeng, Shenyang, Süchou y Tangshán. El Ejército Popular de Liberación ha vencido dificultades sin paralelo, ha engrosado sus filas y se ha pertrechado con inmensas cantidades de armas dadas al gobierno del Kuomintang por el Gobierno norteamericano. Ha aniquilado, en dos años y medio, a las principales fuerzas militares y a todas las divisiones selectas del gobierno reaccionario del Kuomintang. Hoy el Ejército Popular de Liberación es superior en número, moral y pertrechos a los remanentes de las fuerzas militares del gobierno reaccionario del Kuomintang. El pueblo chino comienza, al fin, a respirar libremente. La situación actual es perfectamente clara: Se derrumbará y se hundirá toda la estructura del régimen reaccionario del Kuomintang si el Ejército Popular de Liberación lanza algunos ataques poderosos más contra los restos de sus fuerzas. El gobierno reaccionario del Kuomintang, que ha seguido una política de guerra civil, cosecha ahora lo que ha sembrado: abandonado por las masas y renegado por
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sus partidarios, ya no puede mantenerse más. En estas circunstancias, con el objeto de preservar las fuerzas que aún le quedan al gobierno del Kuomintang y ganar un respiro antes de realizar nuevas arremetidas para destruir las fuerzas revolucionarias, Chiang Kai-shek, el criminal de guerra N.� 1 de China, cabecilla de la pandilla del Kuomintang y espurio presidente del gobierno de Nankín, presentó el 1� de enero de este año una proposición en que manifestaba el deseo de celebrar negociaciones de paz con el Partido Comunista de China. el Partido Comunista de China considera hipócrita esta proposición, por cuanto Chiang Kai-shek ha propuesto, como base para las negociaciones de paz, condiciones inaceptables para todo el pueblo, tales como la conservación de la seudoconstitución, del espurio "orden legal" y de las fuerzas armadas de la reacción. Estas son condiciones para la continuación de la guerra, y no para la paz. En los últimos diez días, todo el pueblo ha expresado claramente su voluntad. Aspira ardientemente a una paz próxima, pero no aprueba la pretendida paz de los criminales de guerra, ni sus condiciones reaccionarias. En correspondencia con la voluntad del pueblo, el Partido Comunista de China declara: El Ejército Popular de Liberación posee suficiente fuerza y buenas razones para aniquilar completamente, en un período no muy largo, las restantes fuerzas armadas del gobierno reaccionario del Kuomintang y tiene plena seguridad de lograrlo; sin embargo, a fin de acelerar el término de la guerra, realizar una paz auténtica y aliviar los sufrimientos del pueblo, el Partido Comunista de China está dispuesto a celebrar negociaciones de paz con el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín o con cualquier gobierno local o grupo militar del Kuomintang sobre la base de las siguientes condiciones:
   
1. Castigar a los criminales de guerra;
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de Nankín y los gobiernos subordinados a él en todos los niveles[1].
2. Abolir la seudoconstitución;
3 Abolir el espurio "orden legal";
4. Reorganizar a todas las tropas reaccionarias conforme a los principios democráticos;
5. Confiscar el capital burocrático;
6. Realizar la reforma del sistema agrario;
7. Derogar los tratados de traición nacional;
8. Convocar una Conferencia Consultiva Política sin la participación de elementos reaccionarios, y formar un gobierno democrático de coalición encargado de asumir todos los poderes detentados por el reaccionario gobierno kuomintanista
El Partido Comunista de China considera que las condiciones precitadas expresan la voluntad común de todo el pueblo y que sólo una paz fundada sobre ellas puede llamarse auténtica paz democrática. Si las personas del reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín desean conseguir una auténtica paz democrática, y no una falsa paz reaccionaria, deben renunciar a sus condiciones reaccionarias y aceptar las ocho condiciones propuestas por el Partido Comunista de China como base para las negociaciones de paz entre ambas partes. De no ser así, quedará confirmado que su pretendida paz no es más que un fraude. Esperamos que todo el pueblo y todos los partidos democráticos y organizaciones populares se levanten a luchar por una auténtica paz democrática y contra una falsa paz reaccionaria. Los patriotas en el sistema gubernamental kuomintanista de Nankín también deben prestar su apoyo a esta proposición de paz. ¡Camaradas mandos y combatientes del Ejército Popular de Liberación de China, atención! No deben relajar ni en lo más mínimo sus esfuerzos en el combate hasta que el gobierno reaccionario kuomintanista de Nankín haya aceptado y realizado una auténtica paz democrática. Todos los reaccionarios que se atrevan a resistir serán liquidados resuelta, definitiva, cabal y totalmente.
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[1]
Las ocho condiciones de paz presentadas por el camarada Mao Tse-tung en esta declaración sirvieron de base para las negociaciones de paz mantenidas en abril de 1949 entre la delegación del Partido Comunista de China y la del gobierno del Kuomintang encabezada por Chang Chi-chung. El Acuerdo sobre la Paz Interior, redactado en el curso de estas negociaciones, formuló disposiciones concretas para la ejecución de las ocho condiciones de paz. Para mayores detalles, véase el presente toma, págs. 404-410, "Orden al ejército para avanzar en todo el país", nota 1.
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