Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1968
PEKIN 1976
(3a impresión 1976)
pág. 311
1.� de diciembre de 1939
    1. En la larga y encarnizada guerra de liberación nacional y en la grandiosa lucha por forjar una nueva China, el Partido Comunista debe saber reclutar intelectuales, porque sólo de este modo estará en condiciones de organizar una gran fuerza para la Guerra de Resistencia, organizar a los millones y millones de campesinos, desarrollar el movimiento cultural revolucionario y extender el frente único revolucionario. Sin la participación de los intelectuales, es imposible la victoria de la revolución.
   
2. Durante los últimos tres años, nuestro Partido y nuestro ejército han hecho considerables esfuerzos para reclutar intelectuales, y han incorporado un gran número de intelectuales revolucionarios al Partido, al ejército, a los organismos gubernamentales y al trabajo en el movimiento cultural y en el movimiento de masas, ampliando así el frente único; éste es un gran éxito. Sin embargo, muchos de los cuadros del ejército no se dan cuenta todavía de la importancia de los intelectuales, y aún los miran con recelo e incluso tienden a rechazarlos. Muchas de nuestras escuelas de cuadros no se atreven todavía a enrolar jóvenes estudiantes en gran número. Muchas de las organizaciones locales de nuestro Partido todavía son reacias a admitir intelectuales. Todo esto se debe a que no comprenden la importancia de los intelectuales para la causa revolucionaria, ni la diferencia entre los intelectuales de los países coloniales y semicoloniales y los de los países capitalistas, ni la diferencia entre los intelectuales que sirven a la clase terrateniente y a la burguesía, y aquellos que sirven a la clase obrera y al campesinado, ni tampoco la gravedad de la situación en que los partidos políticos burgueses están contendiendo desesperadamente con
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nosotros por los intelectuales y en que los imperialistas japoneses también tratan por todos los medios de comprar y adormecer a los intelectuales chinos; en particular, se debe a que no comprenden la favorable condición de que nuestro Partido y nuestro ejército ya han formado una firme armazón de cuadros bien probados y están así capacitados para dirigir a los intelectuales.
   
3. Por lo tanto, desde ahora debe prestarse atención a lo siguiente:
   
1) Todas las organizaciones del Partido en las zonas de guerra y todas las unidades militares dirigidas por el Partido deben incorporar gran número de intelectuales a nuestro ejército, escuelas de cuadros y organismos gubernamentales. Hay que reclutar por diversos medios a cuantos intelectuales estén dispuestos a luchar contra el Japón y sean relativamente leales, trabajadores y capaces de soportar las privaciones, y darles educación política para que puedan templarse en la guerra y el trabajo y servir al ejército, al gobierno y a las masas; hay que admitir en el Partido, según cada caso concreto, a los que cumplan con los requisitos de militante. En cuanto a aquellos que no satisfagan esos requisitos o no deseen ingresar en el Partido, es preciso establecer buenas relaciones con ellos y guiarlos en el trabajo común.
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en nuestro trabajo, en particular con los de las fuerzas regulares, para que comprendan la necesidad de reclutarlos. A la vez, hay que estimular eficazmente a nuestros cuadros obreros y campesinos a estudiar con mayor intensidad y a elevar su nivel cultural. Es necesario lograr que los cuadros obreros y campesinos adquieran cultura general y, al mismo tiempo, que los intelectuales se identifiquen con las masas obreras y campesinas.
   
4. Todos los camaradas de nuestro Partido deben comprender que una política correcta con respecto a los intelectuales es una de las condiciones importantes para la victoria de la revolución. Es del todo inadmisible una repetición de la incorrecta actitud que frente a los intelectuales adoptaron las organizaciones del Partido de muchas localidades y unidades del ejército durante la Revolución Agraria; el proletariado no puede formar sus propios intelectuales sin la ayuda de los intelectuales existentes. El Comité Central espera que los comités del Partido en los diversos niveles y todos los militantes presten seria atención a este asunto.
   
* Decisión del Comité Central del Partido Comunista de China, redactada por el camarada Mao Tse-tung.
2) Al aplicar la política de reclutar gran número de intelectuales, debe tenerse, por supuesto, el máximo cuidado para impedir la infiltración de elementos enviados por el enemigo y por los partidos políticos burgueses así como de elementos poco leales. A este respecto debemos ser muy estrictos. Los que ya se hayan infiltrado en el Partido, el ejército o los organismos gubernamentales, deben ser firme pero discriminadamente expulsados sobre la base de pruebas concluyentes. Sin embargo, no por ello hay que sospechar de los intelectuales relativamente leales; debemos mantener estricta vigilancia ante las acusaciones falsas contra gente inocente hechas por contrarrevolucionarios.
3) Es necesario asignar trabajos apropiados a todos los intelectuales relativamente leales y útiles, y darles a conciencia educación política y guía, de modo que en el largo curso de la lucha superen poco a poco sus deficiencias, se revolucionaricen, se identifiquen con las masas y se fundan con los viejos militantes y cuadros del Partido y con los militantes obreros y campesinos.
4) Es preciso realizar un efectivo trabajo de convencimiento con los cuadros que se oponen a la participación de los intelectuales
5) Los principios arriba indicados también son básicamente aplicables en las zonas dominadas por el Kuomintang y en las ocupadas por el invasor japonés, pero, al admitir intelectuales en el Partido, debe prestarse más atención a su grado de lealtad, a fin de garantizar una mayor cohesión en las organizaciones del Partido en esas zonas. Es imprescindible establecer vínculos apropiados con los numerosos intelectuales no militantes del Partido que simpatizan con nosotros, e incorporarlos a la gran lucha de resistencia al Japón y por la democracia y al trabajo en el movimiento cultural y el frente único.
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